Menos estrés e insomnio, alivio de enfermedades y mejor autoestima: algunos beneficios de los abrazos
El 21 de enero se celebra el Día Internacional del Abrazo, un gesto tan común en el día a día con múltiples beneficios, los cuáles no son del todo conocidos.
Los beneficios de esta práctica datan de los años 50, de la mano de la estadounidense Martha Welch, creadora de la terapia del abrazo de vinculación o de contención. Comenzó a trabajar con niños autistas con excelentes resultados, lo que la llevó a continuar su trabajo con niños con cáncer en fase terminal, comprobando los innumerables beneficios del abrazo. Fue así como nació la Abrazoterapia.
Según Azarel Leiva, experta en Abrazoterapia, “el abrazo consciente puede no solo sanarnos físicamente, sino que también a nivel de mente y emociones”. Dentro de sus beneficios están el refuerzo al sistema inmunológico; alivio de enfermedades; aumento de la autoestima; claridad mental; reducción de estrés, depresión e insomnio; mayor confianza y seguridad; entre otros.
¿Cómo funcionan los abrazos?
Cuando una persona abraza o es abrazada, su cuerpo libera sustancias como la oxitocina, hormona relacionada con el placer y las relaciones emocionales, llamada también la hormona de la confianza y el amor materno. Ésta ayuda a disminuir los niveles de estrés, se experimenta seguridad y protección, el estado anímico se nivela en su punto más satisfactorio, se regula la presión arterial y mejora la memoria. Pero, la oxitocina sólo se liberará si el abrazo es a alguien que nos agrade, de lo contrario, el cuerpo reacciona con síntomas contrarios.
Se estima que se necesitan dar mínimo seis abrazos a personas significativas para estar en armonía durante todo el día. El tiempo es variable, pero se calcula que bastan 20 o 30 segundos para que se libere la oxitocina.
Existen ocho tipos de abrazos y cada uno tiene un significado. Los más relevantes son el abrazo clásico, en el que la persona se acerca al pecho, usado en despedidas y reencuentros; el abrazo de baile, que suele ser romántico, suave, cercano y con movimiento; y el abrazo desde la espalda, que demuestra interés y protección al otro.
El abrazo para los más pequeños
El abrazo tiene una relevancia tan grande en la vida de un ser humano que es necesario desde el primer segundo de vida. Es por eso que los bebés deben recibir esta muestra de afecto a toda costa. Existen campañas que llaman a buscar voluntarios para ir a abrazar bebés recién nacidos abandonados en hospitales. El nivel de relevancia es tal que los bebés que reciben los abrazos y caricias de estos voluntarios son dados de alta más rápido que los que no los reciben.
Los expertos en el tema fomentan que los bebés puedan ser cargados sintiendo la piel de sus padres o figuras de apego. Estar piel con piel da calma, fomenta la salud y bienestar. A este método se le llama “canguro” y se ocupa en distintos hospitales del mundo para que los bebés sean dados de alta más rápido. Es por eso que la OMS sugiere realizar esta práctica con todos los bebés, dejar a la madre abrazada piel con piel con su bebé desde que nace.
La lactancia materna es el primer abrazo que recibe un bebé. Pegado al cuerpo de su madre recibe seguridad, alivio, alimento y contención. Cada vez que una mujer amamanta a su hijo está abrazando y entregando todos los beneficios de esos abrazos a su bebé. Sin embargo, hay que aclarar que no amamantar no implica que no entregues el gran amor que tienes para tu bebé, puedes portearlo con un portabebés ergonómico para mecerlo e incluso dormirlo.
En el caso de los padres, muchos de ellos se preguntan cómo pueden vincularse con sus hijos cuando son apenas unos bebés. El porteo ergonómico es una gran alternativa, permite un contacto físico y emocional con los bebés que necesitan contención, afecto, seguridad, calor, movimientos y escuchar los latidos del corazón de quienes son sus principales figuras de apego y cuidado.
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