"Tenía la muerte ahí mismo": Millaray Viera recordó el terrorífico secuestro que vivió en México junto a Álvaro López
- Por Nicolás Escárate
Una experiencia realmente terrorífica fue la que vivió Millaray Viera en México, país en el que sufrió un violento secuestro con su esposo de ese entonces, Álvaro López.
La historia se remonta al 2010, cuando Millaray y Álvaro asistieron juntos a un concierto de Manuel García. A la salida del espectáculo fueron víctimas del secuestro, en el cual ella además vivió un abuso sexual.
"El gran error que cometimos..."
Así lo contó Viera en un programa de Canal 13, rememorando esta historia de la cual poco ha abordado en televisión. "Fue superfuerte y claro que me marcó durante mucho tiempo. Creo que lo tengo un poco más asimilado a estas alturas, pero durante mucho tiempo ni siquiera podía hablar de eso", reconoció de entrada.
Luego, explicó que, "fuimos a un concierto con Álvaro López, temprano, salimos de ahí como a las diez de la noche, estábamos en lo que podríamos considerar un 'barrio bien' (...) el gran error que cometimos, que creo que fue de las pocas cosas que lo hicimos en México, fue el tomar un taxi de la calle".
Millaray aseguró que en general con Álvaro se movían en radiotaxi, debido a la inseguridad que revestía en México tomar un auto en la vía pública. Ella casi se sube al vehículo sola, debido a que el cantante se iba a quedar un rato más en el show, sin embargo, decidió acompañarla.
El secuestro
Ya en el auto, recordó que, "algo raro sentí, pero no supe escuchar mi intuición a tiempo... Álvaro me dijo después que él había sentido lo mismo. Ninguno de los dos supo reaccionar a tiempo, porque a uno no se le ocurre que le puede pasar algo así".
"Estábamos muy cerca de nuestra casa, y un par de cuadras más allá el taxista se puso a andar más lento, en ese momento no alcancé a atinar y dos personas se subieron uno adelante y otro atrás. El que se subió atrás se subió entremedio de Álvaro y yo. Nos vendaron los ojos, pistolas en la cabeza y todo el tiempo 'Los vamos a matar'", añadió.
A modo de sensibilizar a los delincuentes, Millaray insistía en que tenía una hija pequeña de apenas dos años, sin embargo, cada vez que lo decía, lo único que provocaba era que los secuestradores emprendieran más violencia contra ella.
"Tenía la muerte ahí mismo, porque ellos nos decían que nos iban a matar. Ante esa cercanía de la muerte, estaba entregada a mi muerte, pero lo único que pensaba era en qué iba a pasar con mi hija", sumó.
En esta línea, recordó que junto a Álvaro mantuvieron la calma en todo momento para evitar que la violencia escalara, revelando además que en toda la situación, "me manosearon y pasaron muchas cosas que es mejor no recordar".
Minutos después, a ambos los dejaron en un terreno baldío, donde tuvieron que caminar por largos minutos hasta dar con una garita de taxis. Allí abordaron un vehículo y se fueron a casa, donde lloraron largamente, pero no fueron capaces de hablarlo.
"Fue tan duro que no pudimos hablarlo hasta ocho años después. Incluso ahora me cuesta bastante hablarlo detalladamente", concluyó.
Leer más de