Comentario de cine: Barbie, el fenómeno del año que va más allá de eso

Cuando se anunció la película de Barbie, pocos podían apostar a que sería el estreno más esperado del año y mucho menos que tendría un éxito tan rotundo en taquilla. Mientras la mitad del Barbenheimer se regodea siendo el mejor estreno del verano, en el ya extinto Twitter (me niego a decirle X), se debate si Barbie es el nuevo baluarte ensayista feminista del siglo XXI o una propaganda woke. En un mundo de claros y oscuros, Barbie no es ninguna de esas cosas, es rosa.

Negar el carácter político de Barbie es imposible. En primer lugar, su directora, Greta Gerwig, es una clara activista feminista y toda su filmografía se ha basado en esa lucha, como lo vimos en la adolescencia femenina de Lady Bird o en la última adaptación del clásico Mujercitas. Pero también es una película feminista en su discurso, lo dice textualmente, en todo momento.

Pero vamos a eso más adelante, porque Barbie es, sobre todo, una excelente comedia. Una sátira que explota cuando una de las tantas Barbies que viven en BarbieLand y uno de los tantos Kens que decoran BarbieLand, tienen que salir al mundo real. Ahí se dan cuenta de que el mundo no es tan maravilloso como pensaban y que, pese a que Barbie impulsaba la idea de "sé quien quieras ser", el mundo se rige bajo un dominante machismo.

En primer lugar, es una decisión sumamente valiente por parte de Mattel hacer una comedia tan ácida con su principal juguete. La película aborda la figura de Barbie desde su ideal de que las niñas pueden ser lo que quieran hasta la idea de que la muñeca más famosa solo ha perpetuado cánones inalcanzables de belleza.

La comedia funciona en gran parte gracias a la química entre sus protagonistas. Margot Robbie y Ryan Gosling están sublimes como Barbie y Ken, y se complementan en pantalla de manera extraordinaria. Además, la batería de chistes es hilarante y tienen un gran timing. Otro aspecto sublime es todo lo relacionado con BarbieLand, un lugar que funciona bajo las leyes del juego de muñecas y que presenta uno de los gags más chistosos con la ambulancia armable.

Y es ahí, en el inicio (con una sublime referencia a Kubrick) y en la presentación de BarbieLand, donde la película encuentra sus mejores momentos. La primera hora es avasalladora, pero luego baja considerablemente de ritmo en la mitad (justo cuando aparece Will Ferrell, gracias por nada). El problema, creo, radica en su guión.

Cuando la película no busca ser chistosa y pretende entregar el mensaje de empoderamiento, se pierde en la simpleza. No es un subtexto, está presente y se repite una y otra vez. Es un suceso extraño, ya que el guión estuvo a cargo de la propia Gerwig y su pareja Noah Baumbach, ambos grandes escritores. Los personajes de America Ferrera y su hija son intrascendentes y se convierten en una especie de canalizador para explicar lo que se requiere explicar. Ni hablar de los trabajadores de Mattel, que, si bien tienen un par de ideas sumamente interesantes, quedan sin profundidad ni desarrollo. Lo mismo ocurre con Allan, el amigo de Ken. A pesar de tener momentos sublimes, su final queda a medio cerrar.

A pesar de la bajada de ritmo en la mitad de la película, nunca llega a ser cansina, gracias, de nuevo, a su comedia. En la última parte de la película vemos un cierre bien ejecutado con una escena bélica que crea su propio día D. La disminución en la forma de entregar el mensaje (no en el mensaje en sí) se compensa con una escena final bellísima y un diálogo sublime.

Gerwig entrega su mensaje más directo en Barbie, y aunque creo que lo ha logrado mejor en sus otras películas, el éxito de Barbie en taquilla termina por convertirla en una bandera de lucha para millones de mujeres. Al final, esa es la gracia del cine, que el público tenga el poder de impulsar al canon moderno una película que, sin duda alguna, ha sido un fenómeno y que cada quien defina qué obra es parte de su vida.

 

Películas feministas han existido desde Jeanne Dielman hasta Wonder Woman, y cada generación de mujeres será la encargada de impulsar la historia que les haga sentido. ¿Y si alguien no se siente representado por el mensaje? No hay problema, Barbie no deja de ser una excelente comedia.

Solo hay dos cosas que se le pueden impugnar como errores garrafales a Barbie: incluir a Will Ferrell en su elenco y la total ausencia de Max Steel.

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