Spiderman: Across the Spider-Verse: La mejor película animada del año (hasta ahora)
- Por Esteban Beaumont
De vez en cuando sale una anomalía, una historia que resalta entre tantas producciones pensadas para el algoritmo, una película buena en medio de un género saturado hasta el cansancio. Y digo buena de verdad, no solo entretenida, una película que remece su mundo y significa una revolución para su área. Eso fue Spider-Man: Into the Spider-Verse (2018), la cual ganó el Óscar a Mejor Película Animada y marcó una nueva forma de hacer cine de animación. De esta película bebieron La Familia Mitchell vs Las Máquinas (2021) o Gato con Botas: El último Deseo (2022).
Con ese legado a cuestas se estrenó Spider-Man: Across the Spider-Verse, la segunda parte de la historia de Miles Morales como hombre araña y un descubrimiento aún mayor al llamado Spider-Verse. Dirigida por Joaquim Dos Santos y Kemp Powers, pero ideada por Phil Lord y Chris Miller, los genios tras la saga de 21 Jump Street y las películas de Lego (obra maestra del cine de animación), Across the Spider-Verse se sitúa un año después de los eventos de la película pasada, con Miles Morales tratando de reponer su vida personal y superheroica.
Era difícil crear una secuela superadora, pero se logra holgadamente, no solo es una mejor película que la de 2018, sino que empuja todo lo que habíamos visto antes a niveles bombásticos. Empezando por el dibujo, que es una locura. Tenemos mil texturas de animación distintas, paseando por mil tipos distintos de animación.
Cada personaje tiene un estilo de dibujo que lo representa y lo ayuda a construirlo. Hay un villano que es un Buitre renacentista que emula el trazo de los dibujos de Da Vinci y con sus indicaciones a los costados. Para el Spider-Punk vemos una animación tipo afiches setenteros llenos de recortes de revistas, con clara influencia en la estética de la primera ola punk de Gran Bretaña. Animación en 2D, tipo videojuegos, tipo cartoon, tipo animación de los años 50, y eso no es más que un festín para los fanáticos del cine.
Y es normal que ante el festín de Spider-Man balanceándose en pantalla veamos una cantidad ridícula de referencias al amigable vecino tanto en el cine, videojuegos, series, películas y muchas otras que se me quedan fuera. Vengan los videos de "1.500 cosas que no viste en Across the Spider-Verse". Es una película en la que pasan muchas cosas, que necesita ser vista decenas de veces para encontrar todos los detalles que se esconden en las esquinas o segundos planos.
Ahora, ante tanta información y deleite visual, ¿la forma se come el fondo? Y la verdad es que no. El guion de la historia es sólidísimo y alcanza picos dramáticos sublimes. Estamos hablando de Spider-Man, probablemente el superhéroe más sufrido de la historia de los cómics. Además, Miles Morales es un fenómeno y ya lo demostró en su primera película, es un personaje sumamente entrañable. Acompañado de grandes personajes secundarios y un antagonista maravilloso (con la voz de Oscar Isaac), hacen que esta película sea increíble y prepare el terreno para el cierre de la trilogía que llegará el próximo año.
No deja de ser interesante que la probable mejor película animada del año sea del género de superhéroes, un género que hemos criticado aquí por quedarse sin ideas y ser funcional a una forma industrial de hacer cine. Trabajar en torno al algoritmo, con chistes cronometrados y la velocidad necesaria para que los nativos tecnológicos no pierdan la concentración. Sí, Across the Spider-Verse es una película de superhéroes, pero también es una constante parodia de todos los clichés del género. Va en contra del mismo de la manera más evidente posible.
Es una película que requiere atención del espectador, no solo para no perderse entre tantos personajes, sino también por la segunda capa que trae el personaje. Si en la primera película se buscaba remarcar la idea de que todos pueden ser Spider-Man, ahora nos centramos en la búsqueda de ser ese Spider-Man único. En marcar tu propio camino y destacar en medio de una masa uniforme de uniformidad. Ser esa película que vence al algoritmo, ser ese Spider-Man que se diferencia de los demás. Y no hay nada más lindo que hacer ese viaje en compañía.
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