"Tenía un 2% de posibilidades de vivir": Matthew Perry de 'Friends' pasó dos semanas en coma tras una sobredosis
- Por Nicolás Escárate
Chandler Bing es uno de los personajes más queridos e icónicos de la serie "Friends". Encarnado por Matthew Perry, ha hecho reír desde 1994 a millones de personas que siguen viendo la sitcom, pese a que dejó de grabar capítulos nuevos en 2004.
Mientras frente a las cámaras se mostraba como un hombre exitoso y resuelto, detrás de ellas el actor se encontraba viviendo un infierno, principalmente derivado por su adicción a las drogas opiáceas, que lo dejaron internado en un centro médico a punto de morir.
"Tenía un 2% de posibilidades de vivir"
Así lo revelara en su libro autobiográfico "Friends, lovers and the big terrible thing", en el cual detallará los altibajos de su vida, a sus actuales 53 años.
En la primera entrevista promocional para la revista People, el actor señaló al inicio que "quería compartir mi vida cuando sintiera que estaba a salvo de volver a entrar en el lado oscuro. Tuve que esperar hasta estar bastante sobrio, y lejos del alcoholismo y la adicción, para escribirlo todo. Y lo principal era que estaba bastante seguro de que ayudaría a la gente".
En este sentido, reveló que hace 4 años, cuando tenía 49, estuvo entre la vida y la muerte, tras padecer una perforación gastrointestinal producto del consumo excesivo de opioides, que lo llevó a cambiar su vida por completo.
Durante dos semanas estuvo en coma, y cinco meses en el hospital, donde le implantaron una bolsa de colostomía con la que tuvo que lidiar casi un año.
"Los médicos le dijeron a mi familia que tenía un dos por ciento de posibilidades de vivir (...) Me pusieron una cosa llamada máquina ECMO, que hace toda la respiración de tu corazón y tus pulmones. Lo llaman Ave María. Nadie sobrevive a eso", expuso.
En la entrevista, declinó señalar cuánto tiempo es el que lleva sobrio, aunque sí dio a conocer los motivos por los que mantiene dicha condición. Uno de los más evidentes, para él, son sus cicatrices en el estómago, tras pasar 14 veces por el quirófano.
"Mi terapeuta dijo: ‘La próxima vez que pienses en tomar Oxycontin, solo piensa en tener una bolsa de colostomía por el resto de tu vida’ (...) Se abrió una pequeña ventana y me arrastré a través de ella y ya no quiero más Oxicodona", sentenció.
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