"El asesino del impermeable": El despiadado criminal que lleva 18 años esperando por su pena de muerte
- Por Matías González Olguín
En Netflix hay varias historias que relatan asesinatos, pero pocas tan particulares como la serie documental "El asesino del impermeable", centrada en el despiadado surcoreano Yoo Young Chul.
Resulta que es el autor de una veintena de crímenes cometidos a partir de la década del 2000, la gran mayoría ocasionados con un martillo. Sus antecedentes son escalofriantes, dado que existe un historial de vida que truncó su mente hasta convertirlo en un psicópata.
Esta es la historia de un hombre cuya sentencia de muerte ya fue confirmada, pero que lleva casi 18 años esperando para que se ejecute.
Así es el despiadado Yoo Young Chul
Nacido en 1971, Yoo desarrolló un temprano odio hacia las personas de riqueza, dado que su familia socialmente vulnerable no cumplía con sus exigencias económicas. Ese sentimiento luego evolucionó a una entramada psicopatía que se volvió enfermiza.
A inicios de la década del 2000 salieron a la luz sus primeros delitos, los que datan desde los '90. Por ejemplo, en 1992 contrajo matrimonio y tuvo un hijo con una masajista, de la que pronto se separó porque él cumplía una condena por violación.
Quiso rearmar su vida amorosa en 2002, cuando conoció a otra mujer. Sin embargo, sus aspiraciones se derrumbaron cuando ella descubrió su prontuario policial.
Su método de presentación estaba basado en mentiras y contradicciones: juraba ser un hombre con un coeficiente intelectual mucho más alto que el promedio e intentaba disminuir sus penas carcelarias, fingiendo padecer enfermedades psicológicas.
De hecho, simulando un ataque epiléptico, intentó escapar de un arresto tras ser hospitalizado. En otra oportunidad, logró liberarse de la policía, pero aquello duró pocas horas.
Su sangriento "espíritu de venganza"
Cuando fue arrestado en julio de 2004, confesó su autoría en varios asesinatos llevados a cabo entre septiembre de 2003 y precisamente la fecha de su arresto. Según indicó, sus principales víctimas fueron adultos mayores y masajistas.
A medida que avanzaba la investigación de sus crímenes, la policía descubrió una conexión entre sus asesinatos y su vida amorosa.
Según los peritajes, su primera esposa —que era masajista— lo habría traicionado y, por esa razón, los fiscales creyeron que asesinaba a mujeres con un empleo parecido al de su antigua amada. La investigación calificó su actuar como un "espíritu de venganza".
"Yoo no está mentalmente enfermo, pero muestra signos típicos de trastorno antisocial en el que las personas establecen sus propios sistemas de creencias basados en la desconfianza en las normas sociales y morales", describió un psicólogo que lo entrevistó.
Lo que hacía para "purificar su espíritu"
En una de sus detenciones, la policía irrumpió en su casa para recabar información sobre el asesino. Ahí encontraron películas coreanas en DVD, además de una decena de historias y artículos sobre armas de fuego.
Durante su arresto en 2004, Young Chul dejó sin palabras a los investigadores: confesó haber matado a 26 personas y que, "para purificar su espíritu", se comió los órganos internos de cuatro de sus víctimas.
A pesar de la petrificante declaración, la policía nunca encontró evidencias biológicas de su comportamiento caníbal: "Es difícil creer la declaración de Yoo, debido a que los asesinos en serie suelen exagerar", argumentaron los fiscales.
"Él pensaba que, si no lo hubieran atrapado, habría asesinado a 100 víctimas más. No muestra ningún signo particular de reflexión sobre la naturaleza de sus asesinatos en serie”, agregaron.
El modus operandi de sus asesinatos en serie
La investigación logró desenredar los métodos que utilizaba el criminal para asesinar. Como sentía un profundo odio hacia las personas adineradas, sus primeras víctimas fueron adultos mayores ricos. Ingresaba a sus casas, incluso a los asilos de ancianos, y los acribillaba con un martillo.
Meses después de haber cometido esos crímenes, invitaba a masajistas a su hogar ubicado en Seúl. Una vez llegaron once mujeres, con algunas mantuvo relaciones sexuales y luego las golpeó hasta matarlas. Para que no pudieran identificar los cuerpos, desmembró los cadáveres y enterró las partes en montañas cercanas.
La policía dio con su paradero, porque levantó varias sospechas. La principal fue cuando llamó a un centro de masajes para solicitar los servicios de varias mujeres, cuyas empleadas nunca regresaban después de haber estado en su domicilio.
Para hacerlo caer en la trampa, el dueño del centro igualmente reservó la cita, pero llegó con las autoridades a la casa de Yoo para concretar su arresto.
La pena de muerte que lleva esperando 18 años
El 13 de diciembre de 2004, el "asesino del impermeable" fue condenado a pena de muerte por sus delitos; sin embargo, la condena no se ha podido capitalizar, pese a estar contemplada por la legislación surcoreana.
La última que se aplicó la pena fue en 1997. Al año siguiente asumió la presidencia el Premio Nobel de la Paz, Kim Dae-jung, quien dejó en suspenso la condena; lo mismo ocurrió con los mandatarios posteriores, los que no han querido reinstaurar la aplicación del castigo mortal.
Leer más de