"A veces no me reconoce": Willy Sabor revela que su padre fue diagnosticado de demencia vascular
- Por Meganoticias
No todo son risas en la vida del comediante Guillermo González, mejor conocido como Willy Sabor. En un programa de Instagram, el locutor radial de 54 años reveló que su padre, Carlos González, padece de demencia vascular.
Un diagnóstico que, de acuerdo a la Clínica Mayo, afecta los procesos mentales como el razonamiento, la planificación, el juicio y la memoria, y se provoca por la disminución del flujo de sangre al cerebro del individuo.
"Tuve que empezar a bañarlo"
En conversación con LUN, Willy detalló que su padre actualmente se encuentra en una residencia para adultos mayores ubicada en Lonquén. "Hay días mejores que otros, pero en sus momentos de claridad conversa muy tranquilo e incluso tira tallas", señaló.
El exintegrante de "Morandé con Compañía" comentó que cuando su padre no está en sus momentos de claridad, "a veces no me reconoce". "De repente le pregunto: '¿Sabes quién soy?'. Y él responde: 'Mi hermano' (...) uno a veces se siente culpable, porque esto supera lo que puedo hacer", añadió.
Como familia supieron de la enfermedad de Carlos luego de unos exámenes en donde le encontraron manchas en el cerebro, detectándole que sufría problemas de irrigación cerebral. "Esto provoca un tipo de demencia que es la vascular. Yo empecé a notar cambios en mi papá hace 4 años, muy lentos, hasta manifestarse de forma fuerte", señaló.
Las señales Willy las notó conversaciones diarias. "Él repetía mucho las cosas en un mismo instante. Después se empezaba a acordar de cosas muy antiguas, de sus abuelos, de su vida en el colegio. Y después vinieron los cambos de personalidad", indicó.
Complementó lo anterior señalando que "perdió, por ejemplo, el tema de bañarse todos los días, de usar ropa diferente cada día. Hace un año y medio ya empezó a volverse muy duro todo esto, él no dormía, no se bañaba, lo tuve que empezar a bañar y afeitarlo".
Al notar que ya no contaba con las herramientas para asistirlo, optó por ingresarlo a un hogar de ancianos. "Después de dejarlo anduve llorando como tres días seguidos (...) Cada vez que puedo voy. Y ahí aprovechamos de conversar", cerró.
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