Finge ser un emisario del rey Felipe de España y lo condenan a tres años de cárcel

  • Por Meganoticias

Francisco Nicolás Gómez Iglesias, mejor conocido en España como “El Pequeño Nicolás”, fue condenado a tres años de cárcel por fingir ser un emisario del rey Felipe IV y de la entonces vicepresidenta del gobierno, Soraya Sáenz de Santamaría, durante una reunión con un importante empresario hace siete años en Galicia.

El joven impostor, de 27 años de edad, saltó a la palestra pública en el año 2014, luego de que logró colarse en los más importantes círculos políticos y empresariales haciéndose pasar por un enlace entre la casa real y el gobierno español, informó ABC.

Además de conseguir fama, sus acciones lo llevaron a los tribunales, donde fue condenado a tres años de prisión por usurpar funciones públicas y por soborno.

A la postre, esta pena se agrega a otra de un año y nueve meses que le fue impuesta en junio de 2021 por falsificar un documento de identidad para lograr que otra persona hiciese por él los exámenes de admisión en una universidad.

Tan solo dos meses después de que Felipe de Borbón fue proclamado como el nuevo rey de España, el miércoles 13 de agosto de 2014, Gómez Iglesias logró conseguir una reunión con el presidente de la compañía de transporte Alsa, Jorge Cosmen, en el municipio de Ribadeo, ubicado en la provincia de Lugo, en el extremo nororiental de Galicia, escribió El País.

El impostor solo quería parecer alguien importante

“El Pequeño Nicolás” aseguró en su declaración ante el jurado que “solo quería parecer importante” y que su intención nunca fue la de ejercer un cargo que no le correspondía o usurpar funciones oficiales.

“Lo que yo quería era tirarme el pisto con el empresario y hacer un viaje pomposo. Porque con la edad que yo tenía y mi inmadurez, lo que yo quería era asemejarme a los mayores y tener más poder, por así decirlo, creerme poderoso. Pedí que fuera un viaje que pareciera que yo era una persona importante. Ese fue mi motivo. Yo quería parecer una persona importante, nunca una autoridad”, dijo al defenderse.

La condena que se le impuso a Gómez Iglesias por el encuentro con el máximo directivo es de nueve meses por el cargo de usurpación de funciones gubernamentales, además de dos años y tres meses por soborno pasivo a dos policías que lo acompañaron y fingieron ser sus escoltas, ayudándole a aparentar que ostentaba un puesto importante.

Sin embargo, el juez aplicó la “atenuante analógica de anomalía psíquica y dilaciones indebidas” al considerar que el joven es un “individuo carente de antecedentes penales, pero que padece un trastorno de la personalidad con características narcisistas y de rasgos inmaduros”.

Agregó que también sufre de “un trastorno adaptativo con sintomatología ansioso depresiva, situación que le condicionaba la percepción de la realidad, limitando levemente sus facultades cognitivas”.

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