"Joker": Todo lo que somos (en parte) es por cómo han sido con nosotros
- Por Paz Oyarzún
Vi el "Joker" de Todd Phillips y ahora entiendo los aplausos de pie en Venecia. Admirablemente perturbadora para alguien que va al cine sin el ojo de lince para buscar errores sino que simplemente deja llevarse por lo que ve y las emociones que provoca.
La historia de Arthur Fleck (Joaquín Phoenix) es más que un enfermo mental convertido en payaso asesino. Todo lo que es (y lo que somos) es producto de cómo también han sido con nosotros y cómo la sociedad nos ha tratado. Y es ahí donde el Joker da en el clavo: ¿Cómo nos hacemos cargo del "diferente", del "raro", de la salud mental?
Por su puesto que la película ha causado controversia en Estados Unidos ya que es una cachetada de realidad en un país donde han catalogado como "incels" a los responsables de tiroteos masivos, quienes tienen características similares, aislados y deprimidos, pero ¿No son también víctimas de una sociedad que los ha dejado marginados? (** Dejemos aparte a los supremacistas blancos).
El Joker de Joaquín Phoenix es digno de un Oscar como Mejor Actor. El estadounidense logra generar un viaje psicológico, con una gran interpretación y personificación, donde empatizas con sus emociones, sintiéndote también parte de lo que él aborrece.
El gran valor de esta versión del Guasón es la capacidad de mostrar que es un personaje que podría estar inserto en la sociedad actual, a diferencia de las otras visiones que han mostrado del mismo villano, como el anarquismo de Nolan, o el gángster-clown de Jack Nicholson.
Leer más de