Columna de Mauricio Morales: "El voto obligatorio es un calvario para la izquierda"

Por Mauricio Morales, doctor en Ciencia Política, profesor titular, Universidad de Talca-Campus Santiago. 

El resultado más llamativo de la última encuesta Panel Ciudadano-UDD no es el alza de Carolina Tohá - cuestión ratificada en la reciente CADEM- ni la impresionante fuerza de los candidatos de la derecha radical, que, sumados, superan a Evelyn Matthei.

Tampoco es el alto apoyo que registra José Antonio Kast en los votantes más jóvenes, ni lo parejo que es el respaldo hacia Johannes Kaiser según nivel de ingreso de los votantes. En realidad, lo más sorprendente es el efecto institucional del voto obligatorio sobre los eventuales resultados electorales.

Ir a la siguiente nota

La encuesta muestra que si el voto fuese voluntario -tomando en cuenta sólo a los electores que habitualmente acuden a las urnas- el primer lugar sería para Matthei con 24%, seguida de Tohá con 17%, Kaiser con 14% y Kast con 9%. Estos resultados difieren del promedio que dejan a Matthei en primer lugar con 25%, seguida por Kaiser (15%), Kast (13%), y Tohá (12%). Incluso, al filtrar sólo por los electores “obligados” a votar, las cifras son más abrumadoras. En ese grupo, Matthei mantiene el primer lugar con 29%, seguida por Kaiser (19%), Kast (16%) y muy atrás Carolina Tohá con apenas un 4%.

Esta misma encuesta ha mostrado, además, que los candidatos de derecha son preferidos por los electores extranjeros que, probablemente, se aproximen al millón en el próximo padrón, tomando en cuenta que para las elecciones de 2024 totalizaron más de 786 mil.

El incremento ha sido muy acelerado, pues en 2012 los extranjeros sumaban poco más de 167 mil personas, representando un 1.3% del padrón. Hoy la porción de extranjeros supera el 5%, concentrándose en algunas comunas del norte y en los municipios de Santiago, Estación Central, Recoleta, e Independencia. Sobre ellos, el efecto del voto obligatorio ha sido mayor en comparación con los electores nacionales.

 En promedio, los extranjeros venían votando en un 19.6% para las elecciones presidenciales desde 2013 hasta 2021. Con la puesta en marcha del voto obligatorio, los extranjeros participaron en un 61.3% para el plebiscito constitucional de 2022, 60% para la elección de consejeros constitucionales de 2023, y 58.8% para el plebiscito constitucional de ese mismo año.

LO ÚLTIMO

Los datos de 2024 aún no están disponibles, pero seguramente no existirán grandes cambios respecto a elecciones anteriores. Evidentemente, los extranjeros votan menos que los nacionales que lo hacen en torno al 86%, pero lo relevante acá es que la participación de dichos votantes se ha triplicado producto del voto obligatorio.

La otra dimensión de importancia es el voto popular. Sabemos que en Chile el voto voluntario instituido en 2012 trajo como consecuencia una agudización del sesgo de clase. Es decir, y especialmente en la Región Metropolitana, las comunas más ricas registraban niveles de participación muy por sobre las comunas de menores ingresos.

El voto obligatorio corrigió ese sesgo, sin perjuicio de que en las comunas populares exista una mayor tasa de votación inválida (votos nulos y blancos), lo que sigue reflejando una distancia con los partidos y los representantes. Lo llamativo acá es la fuerza de los candidatos de la derecha radical (Kaiser y Kast), que en el estrato E -los más pobres- suman 27%, superando la adición de todos los candidatos de centroizquierda e izquierda (25%), y los apoyos hacia Matthei (22%).

Existe, en consecuencia, un rápido proceso de fidelización temporal del voto popular por parte de la derecha. No corresponde, eso sí, a una dinámica de incorporación institucionalizada de manera análoga a como lo hizo la UDI en su momento. Más bien, los candidatos de derecha, especialmente Kast y Kaiser, se nutren de un malestar más agudizado en los segmentos populares a raíz de la crisis de seguridad, el descontrol migratorio, y las dificultades económicas.

Hay que recordar que esos estratos urbano-populares del Gran Santiago le dieron un amplio triunfo a Gabriel Boric en la segunda vuelta de 2021. Por tanto, no es que la derecha radical haya construido una base social sólida y estable. Simplemente, canalizan la rabia acumulada en los sectores más vulnerables.

En resumen, y contrario a lo que teóricamente podría esperarse, mientras a la izquierda le acomoda un retroceso de la participación, a la derecha le irá mejor en la medida en que vote más gente. Dado que esto último está garantizado por la vigencia del voto obligatorio, a la izquierda no le quedará de otra que insistir en dejar como voluntario el voto de los extranjeros y, en la medida de lo posible, seguir rebajando las multas por no votar.

Todo sobre Mauricio Morales