Llevaron a mascota a veterinaria por fractura de uña y murió por negligencia profesional: Familia será indemnizada

¿Qué pasó?

La Corte de Arica rechazó el recurso de apelación presentado en contra de la sentencia que condenó a la clínica veterinaria Evolución Animal SpA a pagar una indemnización por mala praxis que derivó en la muerte de la mascota de la familia demandante. 

En concreto, y de manera unánime, la Corte de Apelaciones confirmó la sentencia en primera instancia que había obligado a la clínica al pago de una indemnización total de $4.959.620 por concepto de daño moral y emergente.

Ir a la siguiente nota

Los hechos

De acuerdo a lo que se puede leer en la acción presentada en primera instancia, el 20 de mayo de 2023, Spunky, el animal afectado, se fracturó la uña del dedo análogo en la base, mientras daba un paseo con la dueña.

Cabe destacar que el perro era de raza Shih Tzu, los cuales son braquicéfalos, en una ocasión anterior y en una consulta por las mismas características en otra clínica veterinaria con otros de sus perros de la misma raza, a este no se le aplicó anestesia o sedación.

LO ÚLTIMO

En ese recinto le explicaron a la dueña de la mascota que la anestesia o sedación "implica un riesgo para la vida del animal, por lo que se reserva solo para aquellas ocasiones en que la gravedad de la salud lo amerite; y una uña, al ser un sangrado momentáneo y que no representa riesgo vital, se corta afirmando al can y cortando correctivamente sin sedar", dice el documento, procedimiento que fue exitoso.

Sin embargo, en esta oportunidad, en Evolución Animal SpA, indicaron que era necesaria la sedación para cortar la uña. "Ante ello, y por la experiencia e indicaciones dadas en las veterinarias las ocasiones previas con sus demás mascotas, le señaló que anteriormente, dos médicos-veterinarios no la sedaron para el corte de la misma uña, por las características de esa raza de perro (especialmente, el ser braquicéfalos), pero la médico-veterinaria le explicó que como era algo rápido y no tardaría más de 15 minutos, no existía real riesgo para el animal.

Sin embargo, sí hubo problemas, pues el 21 de mayo el paciente se llevó a Spunky a la veterinaria, donde les hicieron firmar un consentimiento informado para la intervención, documento que permitiría proceder.

Tras unos minutos de atención, salió del pabellón la médico veterinaria diciendo que no tiene buenas noticias, haciendo pasar a los dueños del perro y mostrándoles que estaba sufriendo un paro cardio-respiratorio que terminó con la vida de Spunky.

En cuanto a la resolución del tribunal de alzada, este refiere que "dada la condición de salud general del paciente Spunik, afectado solo por la referida lesión, el cumplimiento de la obligación contractual de sanación de su uña, resultaba totalmente plausible, de modo tal que no puede sino estimarse que la muerte del can, ocurrida en la intervención quirúrgica de que fue objeto, constituye un incumplimiento de la demandada de la obligación del contrato".

Leer más de