"Quedé toda la noche escondido entremedio de una piedra": El relato de pescador que sobrevivió a naufragio en Taltal

¿Qué pasó?

El pasado 12 de septiembre una embarcación pesquera naufragó mar adentró en el sector de bahía Esmeralda, a unos 100 kilómetros de Taltal, región de Antofagasta. El volcamiento de la nave dejó cinco fallecidos y un solo sobreviviente: Alberto Neira.

Este pescador de 58 años, oriundo de Valparaíso, logró sobrevivir en el mar durante la noche a las fuertes olas de hasta seis metros, pese a que no sabe nadar. Ahora, Neira conversó con La Estrella de Valparaíso y contó detalles inéditos de su experiencia de supervivencia.

Ir a la siguiente nota

El accidente

La historia de Alberto Neira comenzó cuando él, junto a otros tres pescadores artesanales oriundos de Valparaíso, viajaron hasta Caldera para reunirse con dos colegas más para trabajar en la pesca de la albacora a bordo de la lancha 'María Cristina II'.

Esa noche del 12 de septiembre todo marchaba normal, hasta que cerca de las 3 de la madrugada Alberto escuchó un fuerte golpe que lo despertó. Salió a la popa y notó que la lancha había chocado contra unas rocas; y quien estaba a cargo de la guardia se había quedado dormido.

"Lo único que atiné fue a amarrarme unos boyerines (flotador pequeño) en el brazo", contó Neira al citado medio. Y es que, en ese instante, olas de entre 5 a 6 metros hicieron que la lancha azotara el navío contra las rocas. "Salí volando y caí al costado de la isla", agregó.

LO ÚLTIMO

"Quedé toda la noche escondido entremedio de una piedra"

Tras ello, no supo nada más de compañeros de tripulación,comenzó a luchas para sobrevivir y permaneció cerca de cuatro horas aferrado a un islote de entre 15 a 20 metros de ancho en el sector WPasada del DiabloW.

"Ahí quedé toda la noche escondido entremedio de una piedra y la mar me despertaba a cada rato, hasta que aclaró, y ahí venía un trayecto de como 15 a 20 metros de agua, que separaba la isla de la playa y había roqueríos con huiros (algas) y todo eso", contó.

Alberto afirmó que en ese momento sintió la voz de su padre y su tío fallecidos, y en ese momento se lanzó al mar para salir de ahí pese a los temblores en su cuerpo a causa de la hipotermia. "Empecé a pegar gualetazos, a agarrarme de los huiros y la mar me tiró, quedé todo rasmillado, machucado, y cuando llegué a tierra me acordé de que no sabía nadar", confesó.

Al llegar a la playa, confeccionó unas sandalias con trozos de la lancha y algas. Luego caminó por el lugar y cerca de las 13:00 horas se encontró con recolectores de huiros, quienes lo ayudaron y avisaron a las autoridades.

Neira sufrió la fractura de cuatro costillas y una perforación a nivel pulmonar, por lo que todavía no ha podido regresar al trabajo. Ahora ha recibido apoyo de familiares y amigos, incluso trabajadores de Caleta El Membrillo de Valparaíso le organizaron, para el 2 de noviembre, una jornada de plato único bailable, cuya recaudación irá en su ayuda.