Clan familiar vendía droga y aceptaba pagos con tarjeta: Así era el modus operandi de los León Carvacho

¿Qué pasó?

Un clan familiar terminó siendo descubierto en el marco de la venta de drogas, con las que logró construir un millonario patrimonio, al punto de contar con locales comerciales de fachada y casas para el acopio de estupefacientes. Se trata de los León Carvacho, cuyo poder hizo eco al interior de varias poblaciones en Santiago.

El 'modus operandi' de esta familia era el siguiente: vendían la droga y se tomaban viviendas para esconder el producto en La Florida, La Pintana y La Granja. Sin embargo, lo más llamativo era que aceptaban el pago de dicha mercancía con tarjetas.

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Utilizaban una máquina para el pago con tarjeta

Tras varias diligencias, la Policía de Investigaciones (PDI) logró dar con el paradero de un local comercial, una empresa de fachada que, a la venta de abarrotes, se sumaba la de droga por parte de los integrantes de esta familia.

En este lugar daba igual si los clientes no tenían efectivo, ya que aceptaban pagos con un dispositivo electrónico utilizado en el comercio formal para cancelar con tarjetas de débito y crédito.

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La instalación de cámaras de seguridad y el alto poder de fuego

Fue tanto el poder económico de este clan familiar, que llegaron a instalar cámaras de seguridad para evadir el control policial, o que otras bandas llegaran al barrio. Una vigilancia que se llevaba a cabo las 24 horas del día.

A esto se sumó el alto poder de fuego de los involucrados, considerando que se incautaron armas de fuego, cargadores de fusiles y munición de guerra, además de un chaleco antibalas para enfrentar a bandas rivales.

Las dudas de la policía sobre el uso de menores de edad para traficar

El operativo terminó con nueve personas detenidas, entre ellas, la líder y sus hijos, quienes enfrentaron a la justicia, quedando cinco individuos en prisión preventiva y un adolescente en internación provisoria.

El caso abrió la duda sobre el uso de menores de edad para traficar drogas, pensando en las órdenes que daba la líder de la banda a su propio hijo, hecho que quedó establecido en unos llamados telefónicos.