La acusaron en redes de abandonar a perro, pero todo fue una confusión: Corte ordenó borrar posteos en su contra

Una insólita confusión sobre un supuesto abandono animal derivó en una historia que se resolvió recientemente en la Corte de Apelaciones de Santiago, a favor de una mujer que fue falsamente acusada en redes sociales de dejar desamparado a su presunto perro en una plaza de la comuna de La Florida.

De ese presunto abandono hubo testigos que fotografiaron la patente del vehículo de la víctima, lográndose apreciar al canino afectado detrás del auto, como si estuviera siguiendo a quien fuera su dueña, lo que no resultó ser así.

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Estas mismas personas viralizaron las imágenes y hubo usuarios que revelaron información personal de ella, tanto en Facebook, Instagram, como en la entonces aplicación llamada Twitter (ahora X), exigiendo "justicia" por el delito que había cometido —penado por la legislación conocida como "Ley Cholito".

La confusión escaló a tal nivel que la mujer comenzó a tener problemas en su fuente laboral, pues se desempeñaba como analista en la Dirección del Trabajo (DT) y sus superiores le exigían explicaciones al respecto.

¿Cómo surgió la confusión del abandono animal?

Mediante un recurso de protección que se presentó en contra de las personas que promovieron desinformación y calumnias contra la mujer en redes —también acusadas de vulnerar sus derechos constitucionales—, su abogada, Paula Manzo, detalló cómo ocurrió la confusión.

La historia se remonta a la noche del 19 de enero de 2023, cuando la afectada salió a bordo de su auto, con su pareja, para pasear a su perrita llamada Kitsune en una plaza de La Florida, conocida como el Canil de Sánchez Fontecilla.

 

 

Al llegar al lugar, transcurridos unos minutos, los dueños de la mascota "se percataron de que había un perro sin dueño al interior del canil. Esta situación fue avisada enseguida por las personas que estaban ahí. Este perro era muy obsesivo y comenzó a intentar montar a Kitsune", relató la defensora en el recurso.

Si bien lo intentaron apartar en varias ocasiones, el canino insistía en molestar a la perrita. En un momento lo tomaron del collar que llevaba puesto para dejarlo fuera del recinto, pero este volvía una y otra vez, tornándose más agresivo con las personas que estaban presentes.

"Para que la pareja de mi representada pudiera subir a su perra al automóvil y colocarle cinturón de seguridad, ella afirmó del collar al perro (...) Una vez todos en el vehículo, pensaron que el perro desistiría. No obstante, empezó a rasguñar la carrocería, lo cual les impedía avanzar. Como el perro se posicionaba por distintos lados del auto, ella avanzaba cuando observaba que no le haría daño, por ende, fue cuidadosa", aseguró la jurista.

 

 

Las acusaciones en su contra se viralizaron en redes

En la primera esquina de regreso a su hogar, como el perro los perseguía, una mujer pensó que había sido abandonado por la pareja, así que los recriminó por aquello. La aludida respondió que no era así, pero sus argumentos no fueron escuchados por la contraparte. Siguió con su camino y el animal dejó de seguirlos, retornando al canil.

Cuando creyó que el percance había sido superado, "un sujeto en un automóvil blanco la adelantó (...) atravesó su vehículo y se bajó a exigirle que se llevara el perro, señalándole que cómo se le había ocurrido abandonarlo". Afortunadamente, tras corroborar su versión, el hombre los dejó en paz.

Llegando al departamento, la víctima avisó en conserjería que, si llegaba alguien pidiendo explicaciones, por favor le mostrara las imágenes de las cámaras de seguridad para ratificar que salió con su pareja y su única mascota en el auto.

 

 

Todo parecía ser una mala anécdota, pero superada. Sin embargo, aquello estaba lejos de ser. Su novio le dijo que no revisara redes sociales, porque había usuarios que la estaban "funando" por el abandono de un perro.

"El 23 de enero, la situación afectó su ámbito laboral. Fue llamada por su jefa (en la Dirección del Trabajo) para comentarle que usuarios de Twitter le estaban pidiendo explicaciones, a través de Twitter, al director del Trabajo (Pablo Zenteno) y a la ministra del Trabajo (Jeannette Jara)", agregó Manzo en el documento.

Como la afectada no tenía cuenta de Twitter, no entendió lo que ocurría, pero supo que cibernautas en redes "estaban compartiendo fuertes mensajes en su contra por una fotografía que muestra su vehículo y un perro cruzando detrás del móvil (...) el resto de la historia promovida en Internet se ha expandido más y más, afectando su honra y estabilidad laboral".

Además de su rostro, en redes también se viralizó información sensible, tal como documentos de registro de su vehículo, nombre completo, cédula de identidad, domicilio anterior y lugar de trabajo.

 

 

La divulgación de estos datos provocó que desconocidos llegaran hasta su vivienda para amedrentarla, lo que debió notificar en Carabineros. "Los hechos descritos provocaron consecuencias emocionales y psicológicas en mi representada y todo ello a causa de una historia falsa, de la cual aún hay registros con sus datos personales en redes sociales, por lo que existe riesgo latente para ella", aseguró la abogada.

Corte ordenó borrar todas las publicaciones en contra de la mujer

En un principio, la Corte de Santiago rechazó acoger el recurso de protección presentado por la afectada, argumentando que no reunía los requisitos para declarar su admisibilidad.

Paula Manzo insistió, llevando el caso hasta la Corte Suprema, que revocó el fallo anterior de la Corte de Apelaciones y ordenó que el recurso sea nuevamente tramitado por la entidad de segunda instancia del Poder Judicial.

Fue así que la Corte de Santiago revisó nuevamente el recurso de protección y esta vez falló a favor de la afectada. El pasado lunes 12 de febrero anunció la acogida de la acción constitucional, manifestando que "se ordena eliminar en las redes sociales todo el contenido publicado en descrédito de la protegida".

La obligación deben cumplirla cinco personas (cuatro mujeres y un hombre), sindicados como los principales responsables de difamar a la mujer en redes con la falsa historia de abandono animal.