"Compraba libros en el hospital": Acusada por muerte de Leslie Vergara relató cómo "aprendió" sobre medicina

A casi dos años de la muerte de Leslie Vergara, ya comenzó el juicio oral en contra de los imputados del caso: una madre y sus dos hijos, quienes residían en Las Condes y ocupaban su vivienda como clínica estética clandestina.

En la instancia, llevada a cabo en el Tercer Tribunal Oral en lo Penal de Santiago, la imputada de 77 años se refirió a la acusación de que además habría falsificado el título de cirujano médico y ejercido ilegalmente la profesión.

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Cabe recordar que Leslie falleció en febrero de 2022. En la supuesta clínica de los familiares, la víctima recibió una inyección de silicona industrial para rellenar sus glúteos, la que minutos más tarde resultó ser mortal.

Dos diplomas falsos para "aprender"

La Fiscalía Local de Las Condes mostró dos diplomas falsos que tenía la presunta responsable, los que acreditaban que supuestamente tenía el título de médica cirujana y que habían sido emitidos por la Universidad de Tarapacá y la Universidad de La Frontera.

Según declaró la adulta mayor en tribunales, tenía ambos documentos porque su intención era "aprender", según consigna Las Últimas Noticias. "Yo tenía esos títulos guardados en un cajón. Nunca los colgué ni exhibí, no se los mostré a nadie, ya que todo el mundo sabía que yo no era médico. Lo guardé de recuerdo", agregó.

 

La muerte de Leslie Vergara destapó una serie de negligencias en contra de la clínica clandestina (archivo redes sociales)

 

Para aprender, "la única posibilidad que tenía era hacerlo con certificado falso, porque no tenía títulos legales. Me gustaba tanto la medicina estética y hermosear las caras", declaró la sospechosa.

Con respecto a los precios de sus procedimientos, señaló que "nunca cobré grandes cantidades. Cada jeringa la cobraba a $10.000, a veces la gente se ponía dos o tres (pinchazos) y venían por retoques".

Compró libros de medicina en hospital

Ante los jueces del tribunal, la mujer aseguró que solo tiene estudios de enseñanza media y unos cursos de quiropraxia y masajes que realizó en Providencia.

Al respecto, el fiscal Juan Pablo Araya le consultó si verdaderamente poseía estudios relacionados con la profesión de la salud, obteniendo una insólita respuesta.

"Yo estudié todo eso, pero de forma autodidacta. Compraba libros de medicina en el Hospital del Salvador (ubicado en Providencia). Algunos venían en inglés. Nunca fui a la universidad", afirmó.

 

Archivo redes sociales

 

¿Cómo obtenía los productos para su clínica clandestina?

Bajo el argumento de que "siempre utilicé productos de buena calidad" para los rellenos solicitados por sus clientas, la imputada fue interrogada por la procedencia de dichos productos.

"Venían de Estados Unidos o Venezuela, eran recomendados por los laboratorios que llegaban donde nosotros estábamos haciendo los cursos, porque no solamente estaba yo. Había muchos médicos y dentistas inscritos en la Superintendencia de Salud que iban a realizar los cursos en toxina butolínica, ácido hialurónico y tensores", manifestó la presunta responsable.

Este artículo informa de un proceso judicial en curso, por lo que los involucrados no deben ser considerados culpables hasta que los organismos pertinentes lo determinen.

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