Socavones en dunas de Viña: Edificio Kandinsky se convierte en caso de estudio científico sobre impactos de urbanización

¿Qué pasó? 

Un nuevo estudio científico abordó la compleja situación que vive el edificio Kandinsky, en la ciudad de Viña del Mar, tras verse afectado por los socavones que se produjeron en las dunas donde fue construido.

El trabajo se adentra en las causas y el alto valor natural del campo dunar, que es compartido con la comuna de Concón, y que se ha visto depredado por una extrema presión inmobiliaria. 

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Estudio destaca el alto valor ecológico y geomorfológico del campo dunar

De acuerdo al estudio, el sistema de dunas en ambas zonas data de aproximadamente unos 10 mil años, y consiste en una formación única caracterizada por sus "dunas relictas o colgantes".

 

Esto significa que se encuentran relativamente aisladas de la dinámica que alimenta a las dunas comunes, ya que los cambios en el nivel del mar registrados en este período de tiempo las han desconectado de su alimentación directa con la playa.

Las dunas se mantienen gracias a una dinámica costera que incluye el aporte de sedimentos debido a la interacción que se produce entre el oleaje, la playa, el viento y la duna.

Esto explica el alto valor ecológico y geomorfológico de las dunas de Viña del Mar y Concón, que sostienen una biodiversidad única y proporcionan servicios ecosistémicos como protección contra marejadas y fenómenos como tsunamis.

"No tienen alimentación directa y se mantienen con sedimentos aportados por el mar y el viento hace miles de años", explica la doctora Carolina Martínez, directora del Observatorio de la Costa académica de Geografía UC e investigadora de CIGIDEN.

¿Cuáles son las conclusiones de la investigación?

Esta investigación científica fue dada a conocer en la revista Ocean and Coastal Management, fue liderada por Martínez, junto al académico de la Universidad del Atlántico, Colombia, Nelson Rangel Buitrago.

El trabajo concluye que el rápido crecimiento del turismo y la construcción han intensificado los impactos humanos en esta zona costera, "erosionando la resiliencia de los ecosistemas y magnificando su susceptibilidad natural a peligros como los tsunamis, la erosión y los extremos climáticos", dice el estudio. 

Ciudades costeras chilenas como Valparaíso, Viña del Mar y Concón, agrega, han experimentado un rápido crecimiento turístico, lo que ha llevado a un aumento en hoteles, segundas residencias y asentamientos ilegales, por lo que "estas presiones antropogénicas, en gran medida concentradas a lo largo de la costa, contribuyen sustancialmente a la degradación”.

Asimismo, advierte que esta situación se ve agravada por la falta de un marco legislativo para la Gestión Integrada de las Zonas Costeras (GIZC) en Chile. 

Las conclusiones señalan que el rápido ritmo de desarrollo supera la capacidad de recuperación de estos ecosistemas y "desafía gravemente la resiliencia e integridad ecológica de los sistemas dunares únicos de Chile". 

Carolina Martínez concluye señalando que tanto dunas como humedales cumplen una función principal en la regulación del clima: "Son fundamentales para la mitigación de amenazas naturales recurrentes en el país, así como para eventos extremos derivados del cambio climático, siendo capaces de disipar la energía de fenómenos como tsunamis o marejadas".