Si un edificio cae, "no tengo esperanza de escapar": Dueño de restaurant teme eventual derrumbe por socavones en Viña
¿Qué pasó?
Los socavones ocurridos en las dunas de Viña del Mar, a los costados de los edificios Kandinsky y Miramar, no solo afectaron a los vecinos de los respectivos inmuebles. Metros más abajo del cerro, entre los pies de la colina y la costa, hay un comerciante que teme por la destrucción definitiva de su negocio.
Por Avenida Borgoño —cuya parte de su tramo quedó completamente bloqueado por arena y escombros— se puede llegar al restaurant Stella Maris, construido a inicios de la década de los '90 y que hoy se ve amenazado por un eventual derrumbe de las torres afectadas por el deslizamiento de tierra.
Su dueño, Samuel Lizana, cree que si uno de los edificios cae, no habrá esperanza de escapar. Los expertos ponen paños fríos al temor del empresario; sin embargo, precisan que la emergencia debe ser atendida con rapidez.
La otra cara de los socavones
Tras el segundo socavón, producido el domingo 10 de septiembre, el recinto quedó rodeado de escombros. Dos contenedores que eran utilizados como oficinas por funcionarios de la empresa encargada de las obras de emergencia fueron arrastrados, quedando a metros del restaurant.
El Stella Maris está justo debajo del Kandinsky y Miramar, y a metros del espacio de arena que quedó entre los dos deslizamientos, el que también se ve amenazado. Todos estos factores atemorizan al empresario gastronómico.
"En caso de un temblor fuerte, pienso que un edificio puede caerse. Pero no va a caer entero, sino de a poco, va a quedar a mitad de camino", expresó Samuel a El Mercurio. Para él, si la edificación Miramar, que tiene 30 pisos, finalmente se derrumba, "para qué estamos con cosas, el daño va a ser enorme aquí y ya no tengo esperanza de escaparme. Esperemos que no pase".
El pasado lunes, Lizana conversó con la ministra de Obras Públicas, Jessica López, y le solicitó que la ruta costera Reñaca-Concón fuera despejada lo más rápido posible. Para su pesar, la autoridad le señaló que la reposición tomaría el doble del mes y medio que se tenía previsto en un comienzo.
Urgencia en la reparación del bloque entre los dos socavones
Si bien aseguró que no hay riesgo de colapso y derrumbe de algún edificio involucrado en la emergencia, el académico de la Escuela de Ingeniería y Construcción de la Universidad Católica de Valparaíso, Álvaro Peña, afirmó que la vida útil de colectores de aguas lluvias que colapsaron "ya se cumplió", así que requieren una "reparación definitiva".
También pone énfasis en "dar una solución al socavón, estabilizando el terreno mediante técnicas especiales, seguido de contener el terreno y rellenar. Mientras más se retrasen estos trabajos, crece el riesgo de daños estructurales de los edificios próximos".
Una postura similar tiene el geofísico Cristián Rodrigo: "Hasta el momento, nada es seguro. Si ocurre otro evento similar de lluvias, podrían afectarse los edificios escalonados (como el Santorini Norte, a metros del Miramar) y, como consecuencia, también el camino costero y el restaurante".
Por último, el director de Geología de la Universidad Andrés Bello sede Viña del Mar, Jean-Baptiste Gressier, recalca la urgencia que requiere el bloque que quedó entre los dos socavones.
"A partir del momento en que son intervenidos por el ser humano, cambian los ángulos de equilibrio del talud. Lo que llama la atención es la velocidad de todo eso. Cuando empieza a desestabilizarse una zona, la acumulación de debilidades puede ser más rápida", advirtió.
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