Elegidos | Boric y renuncia de Jackson: "Se puso su cabeza como precio para poder sentarse a conversar"
A horas de la conmemoración del Golpe de Estado ocurrido el 11 de septiembre de 1973, se emitió el último capítulo de "Elegidos, 50 años en primera persona", cuyo protagonista en esta ocasión fue el actual Presidente de la República, Gabriel Boric.
En una entrevista con Francisco Melo el mandatario no solo abordó el ambiente que se está viviendo en torno a la fecha, sino que también se refirió a lo que ha sido este año y medio en el Gobierno.
La máxima autoridad del Gobierno también efectuó una crítica de los errores que se cometieron como oposición cuando él era diputado durante el último periodo presidencial de Sebastián Piñera, y realizó un llamado a la actual oposición a comportarse de manera distinta.
Compañeros de ruta
"En el Gobierno, y en particular en el gabinete, ha habido un proceso de aprendizaje y de bajar las desconfianzas muy grande, que está poco a poco, y espero que cada vez más, permeando los partidos. Yo aspiro a que avancemos a una proyección de la coalición política, porque estoy convencido y viendo el mundo de que las fuerzas progresistas no pueden seguir en la tentación absurda de la fragmentación, por reivindicar identidades particulares, que al final poco ayudan a mejorar la calidad de vida de la gente", aseveró Boric.
En ese sentido, recordó a quienes lo han acompañado durante su trayectoria política. "Con estos compañeros de ruta, con Giorgio (Jackson), con Camila (Vallejo), con Izkia (Siches), con la Karol (Cariola), hemos tenido diferentes momentos y hemos tenido diferencias antes. Yo diría que el mayor nivel de complicidad y el apoyo se ha forjado en este desafío".
"El cambio de gabinete, después de la derrota del plebiscito del 4 de septiembre, era muy evidente, y, por lo tanto, no había mayores cuestionamientos de lo que había que hacer y era una decisión política que todos entendíamos. Siempre cuesta cambiar a la gente, pero no diría que fuera doloroso, y eso lo conversamos con la ministra Siches en su momento. Fue por cierto sorprendente la magnitud de la derrota del 4 de septiembre, y eso diría que costó más asimilar", sostuvo.
"Al ministro Jackson se le atribuyen delitos, cosas que no hizo y se generó una presión donde se puso su cabeza como precio para poder sentarse a conversar respecto de otras cosas que son importantes... Finalmente, lo que hace el ministro Jackson es decir 'yo no voy a seguir siendo una piedra de tope para que discutamos el tema de pensiones'. Por lo tanto, presenta su renuncia indeclinable, lo que me parece un gesto correcto, que fue difícil... En política hay que tomar decisiones que duelen para poder avanzar", señaló.
Acusación Constitucional a exministro Raúl Figueroa
Boric indicó que durante su mandato "ha sido difícil el diálogo, ha sido muy crispado. La actual oposición tiene una crítica legítima, desde mi punto de vista, a como nosotros ejercimos nuestro rol de oposición en el Gobierno del Presidente Piñera".
"Lo que a mí me resulta sorprendente es que teniendo una crítica legítima, a como ejercimos ese rol en ciertos aspectos, se comporten de la manera en que ellos dicen que no había que comportarse, y, por lo tanto, terminemos en una suerte de vendetta donde ojo por ojo todos nos quedamos ciegos", expresó.
En ese sentido, manifestó que en cuanto a la discusión de reformas estructurales "ha faltado generosidad, lo que requiere previamente que nosotros reconozcamos también cuando cometimos errores. Por ejemplo, hoy día a mí me parece muy evidente que la acusación constitucional que presentamos como oposición contra el ministro de Educación (Raúl Figueroa) durante la pandemia fue una acusación equivocada, y creo que es bueno reflexionar públicamente respecto de eso".
"El Presidente Piñera es un demócrata"
En uno de los debates presidenciales del 2021, una advertencia realizada por Boric es recordada hasta el día de hoy: "Sepan que a quienes sean responsables los vamos a perseguir nacional e internacionalmente con todas las vías de la ley, así que señor Piñera, está avisado", dijo en ese entonces el actual mandatario, haciendo referencia a los hechos que ocurrieron durante el estallido social.
Sobre este episodio, el jefe de Estado recordó que "hubo cuatro informes de organismos internacionales que establecieron que en Chile se estaban viviendo violaciones importantes a los derechos humanos y que eso era grave. Yo tengo la convicción de que cuando hay violación a los derechos humanos, el responsable tiene que asumir esas responsabilidades. Ahora, eso no me corresponde y esto es algo que como Presidente en ejercicio uno tiene que estar muy consciente, uno no puede atribuirse funciones que no tiene, eso le corresponde determinarlo a los tribunales de justicia".
De todos modos, afirmó que "estoy convencido, no tengo ninguna duda, que el Presidente Piñera es un demócrata y que en su gestión, en sus dos gobiernos, buscó genuinamente lo que él pensaba era lo mejor para el país. Y en esas herramientas tenemos diferencias que son evidentes y se expresan públicamente siempre".
De igual forma, aseguró que "no voy a pedir perdón por haber denunciado que se estaban violando derechos humanos en las calles en Chile".
"Que ahora pretendan decirnos algunos que esto fue solo un estallido irracional de violencia y que no hubo abusos graves y violaciones a los derechos humanos por parte del Estado de Chile, creo que no se condice con la realidad. ¿Hubo violencia que no se justifica?, por cierto; ¿esa violencia es condenable?, por cierto, no tengo ninguna duda; ¿la violencia tiene que ser una herramienta legítima en política?, no, nunca. Pero para decir esas cosas no hay que negar lo que sucedió, lo mismo aplica para la reflexión que estamos haciendo respecto a los 50 años", añadió.
Esperanza de una nueva Constitución
El Presidente manifestó tener la esperanza de terminar su mandato con una nueva Constitución, pero indicó que "veo que lo que están haciendo quienes tienen hoy día mayoría en la Convención Constitucional se aleja de la posibilidad de tener una Constitución que sea una casa común para la mayoría de los chilenos y chilenas, con cuestiones que abiertamente van en contra de toda lógica".
"Espero que en esto se recapacite, en estos días", señaló, agregando que "el problema constituyente, si no se cierra ahora, va a seguir abierto para el gobierno que venga, porque tenemos una Constitución, la de 1980, que es al menos ilegítima en su origen (...) y no es capaz de dar respuesta o no está a la altura de los desafíos que Chile tiene que enfrentar hoy".
Retroceso de diez años
Finalmente, el mandatario aseveró que "en el ambiente político la verdad es que siento que hemos tenido un retroceso respecto de donde estábamos hace diez años. Si hace diez años había una clara condena al golpe de Estado, hoy día hay algunos parlamentarios de derecha que te dicen 'sin Allende no hay Pinochet'. Esa frase es muy preocupante, porque ¿qué significa eso? ¿Si las condiciones se repitieran volverían a hacer lo mismo? ¿Volvería a haber otro Pinochet?".
"Ahí me parece que hay algo que reflexionar más allá del dime y direte de si firmó o no firmó una declaración, más allá de eso, si todas esas polémicas van a ser hojarascas. Lo que quedan son los principios profundos que defendemos y que somos capaces de compartir, no solamente que somos capaces de afirmar entre los propios", sentenció.