Brazos muy cortos y con parientes en Madagascar: Así era el dinosaurio descubierto en la región de Coquimbo

En 1989, equipos científicos encontraron un diente de una especie carnívora en el Monumento Natural Pichasca, parque ubicado en la comuna de Río Hurtado, en la región de Coquimbo.

34 años después, gracias al avance de la tecnología y la literatura disponible, finalmente se descubrió el "dueño" del colmillo. Se trata de un dinosaurio muy particular, cuyo cuerpo habría sufrido una pérdida genética hace más de 90 millones de años.

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No es primera vez que Pichasca es escenario de un hallazgo científico tan histórico. En sus 120 hectáreas se han encontrado restos óseos de vertebrados que podrían corresponder a dinosaurios titanosaurios, caracterizados por ser cuadrúpedos con un alargado cuello y larga cola.

¿Qué animal era el "dueño" del diente? 

En estas tres décadas, se pensó que el colmillo podría pertenecer a un pariente de los velocirráptor, pero un estudio científico de la Red Paleontológica de la Universidad de Chile dio con el ejemplar indicado. Según señala, la pieza dental era de un dinosaurio abelisaurio.

La investigación, que fue publicada en la revista Journal of South American Earth Sciences y que fue liderada por el paleontólogo Jared Amudeo, señala que este espécimen era familiar del carnotaurus, que tenía dos puntudos cuernos sobre sus ojos y brazos cortos; y del majungasaurus, también de extremidades superiores cortas y que vivió en Madagascar.

La importancia del estudio está en que consiste en el primer registro de este tipo de dinosaurios carnívoros no solo en Chile, sino en el Pacífico Sur de Sudamérica.

 

En la imagen superior, una ilustración del carnotaurus; en la parte inferior, una del majungasaurus. El abelisaurio era más parecido a este último.

 

Las características del dinosaurio abelisaurio

De largo, el ejemplar pudo haber medido entre cuatro y cinco metros, alcanzando un peso cercano a los 800 kilos o una tonelada (1.000 kilos), incluso llegando a las tres toneladas, como los más grandes que se han encontrado en Brasil, de acuerdo al líder del estudio.

"Pero el dinosaurio de Pichasca era pequeño si lo comparamos con miembros del otro grupo", dijo Amudeo, agregando que este abelisaurio tenía brazos muy cortos, muy diminutos en comparación con su cuerpo.

Su hocico también era corto, aunque su cráneo tenía un tamaño considerable. Para el especialista, todas estas características serían por una pérdida genética.

 

Así habría sido el dinosaurio abelisaurio (ilustración de Mauricio Álvarez en El Mercurio)

 

Más en detalle, "pudo haberse tratado de una pérdida en el funcionamiento de los genes que expresan o están encargados de la expresión del desarrollo de los brazos, ya que estos dinosaurios tenían lo necesario para cazar", consigna El Mercurio.

Amudeo cree que "si los brazos no cumplían una función en la alimentación o en la captura de la presa y presentaban esta reducción (de tamaño), finalmente los brazos no se reflejaban en su descendencia (crías)".

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