Columna de Mauricio Morales: De rodillas
- Por Meganoticias
Por Mauricio Morales, doctor en Ciencia Política, profesor titular, Universidad de Talca-Campus Santiago.
Un diputado graba y distribuye un audio del Presidente de la República en una reunión privada con legisladores de la Araucanía. Un escolta del Presidente es despedido por asistir a un polígono de tiro ilegal de un ex militar venezolano. Un ministro de Cultura rechaza la calidad de invitado de honor para la Feria del Libro en Frankfurt, siendo desautorizado por el Presidente en vivo y en directo. Un subsecretario de Redes Asistenciales, particularmente crítico de la gestión del gobierno de Piñera en el contexto de la pandemia, deja el cargo por mala gestión. Un ministro de Educación enfrentará una acusación constitucional, siendo responsabilizado entre otras cosas -de manera muy injusta por cierto- por los magros resultados del SIMCE. Una ministra de salud se complica por una crisis sanitaria derivada de la expansión del virus sincicial, cayendo en 16 puntos su aprobación de acuerdo a la última encuesta Cadem. Un ministro de Hacienda hace grandes esfuerzos por sacar adelante una reforma tributaria, pero la oposición parece negarle la sal y el agua. ¿Qué está pasando? Simple: la crisis es total.
Luego del alza de 10 puntos en la aprobación presidencial, esta semana el Mandatario volvió a estacionarse en sus ya históricos 30 puntos. A los problemas estructurales que enfrenta el país y que he abordado en otras columnas -crisis económica, crisis de seguridad pública, crisis migratoria- se suman grandes dificultades en los dos ministerios sectoriales más visibles: salud y educación.
La derecha, a sabiendas de su ventaja, ha desempolvado a Sebastián Piñera, a quien mantuvo bajo siete llaves por un buen tiempo. De acuerdo a la Cadem, la gestión de su gobierno en pandemia es calificada con un 5.1 por los chilenos, lo que contrasta con los indicadores que la misma encuesta muestra para el manejo de los virus respiratorios en el actual gobierno. El 86% dice que el ministerio de Salud no se preparó adecuadamente, y el 73% cree que la comunicación de las autoridades sobre este asunto no ha sido clara ni efectiva.
Durante 14 meses de mandato, las carteras de Salud y Educación se habían salvado del infierno, lugar en que habitan frecuentemente los ministerios de Economía y Desarrollo Social, que suelen estar en los últimos lugares del ranking de evaluación.
El escenario desfavorable no cederá al menos durante el invierno, por lo que se aproximan tiempos peores. La salida es la aprobación de una reforma tributaria, la que necesita de un amplio acuerdo para ser aprobada en el Senado (dos tercios). Mientras el gobierno -comprensiblemente- necesita recaudar más recursos para financiar parte importante de los anuncios que el Presidente hizo en su cuenta pública, la oposición asegura que no dará los votos para un eventual alza en los impuestos.
El propio Piñera ha dicho que esa reforma debiese favorecer la inversión y el crecimiento, junto con racionalizar el gasto público. El resultado es obvio: no tendremos una reforma tributaria como el gobierno la pensó y, derivado de esto, será muy difícil financiar la deuda histórica de los profesores o avanzar en la condonación del CAE.
En este contexto, la desilusión con el gobierno será total. ¿Qué carta le queda al Presidente para salir del fango? Se supone que la situación económica mejorará el próximo año. Eso será un tremendo alivio, pero antes de aquello el Presidente necesita firmar la nueva Constitución. No hay buenas noticias, eso sí. Según Cadem, el 53% está por rechazar el texto y solo el 26% se inclina por aprobarlo.
En el Consejo Constitucional ningún partido quiere tomar el fierro caliente que implica publicitar el texto y animar a la gente a sentirlo como propio, pues saben que si se impone el “En Contra”, serán ellos quienes cargarán con la culpa. Nadie quiere ser una nueva Convención Constitucional. Entonces, el gobierno no depende de sí mismo. Deberá entregar la oreja a la oposición por la reforma tributaria, y rezar para que el proceso constitucional cierre favorablemente.