¿Qué pasó con Valentina Mardones? Familia no pierde las esperanzas de encontrarla a un año de su desaparición
- Por Meganoticias
Cerca de un año ha pasado desde la desaparición de una joven universitaria en Quintero.
Su nombre es Valentina Mardones.
Sus padres la siguen buscando intensamente y se aferran a la tesis de un secuestro.
Meganoticias da a conocer imágenes inéditas y testimonios exclusivos de este caso en Expediente Abierto.
"Era sencilla, era muy humilde"
“La Valentina era todo para mí. Lo que quería hacer, nosotros se lo dábamos, pero siempre con amor”, cuenta Catherine Acevedo, mamá de la joven.
“Fue buena alumna, eso es lo que más nos acordamos, siempre fue buena alumna, bien calladita sí”, agrega el papá, Luis Mardones.
La familia Mardones Acevedo tenían una vida casi perfecta. Sus dos hijos - Valentina y Matías - vivieron una infancia plena junto a sus padres y amigos de la familia.
“También era sencilla, era muy humilde. Siento que ella siempre velaba por nosotras más que por ella misma y agradecía mucho eso. Era muy buena escuchando, muy mala para hablar de ella misma también, pero una persona muy linda”, comenta su amiga, Andrea Ramírez.
Valentina destacaba por ser amante de la pintura y los libros de Harry Potter.
Sus buenas calificaciones le permitieron entrar a estudiar arquitectura en la Universidad de Chile.
“En el 2017 entró a la universidad muy encantada con la carrera. Le fue bien ese año. En el 2018 y en el primer semestre empezó como que la carrera le estaba pasando la cuenta. Tenía demasiadas cosas que hacer, se sentía muy agobiada y ahí pidió ayuda a nosotros con un psicólogo que la ayudara. Tomo la decisión de congelar el 2019. Trabajó, viajó y en el 2020 retomó la universidad”, relata el padre.
“Estuvo super complicada porque si se echaba taller, se echaba la carrera y eso es lo que para nosotros, supuestamente, detonó su ida”, añade.
Valentina estaba estresada por la carga académica. Pero esto no levantó ninguna sospecha entre sus amigas. Tampoco en sus padres. Hasta que llegó el 8 de agosto.
“Ese día nosotros nos fuimos a trabajar. Valentina estaba de vacaciones. Matías tenía que ir al colegio y ella estaba acá en casa”, cuenta el padre.
“Cerca de la una y tanto de la tarde me empieza a llamar la mamá de una compañera de Valentina, amiga, sobre que no contestaba los Whatsapp, ni los teléfonos y que se había salido de los grupos. Entonces yo le digo que está de vacaciones, que está en la casa y empiezo a llamar al Matías y me dice que va casi llegando a casa. Ahí se encontró con la sorpresa que Valentina había dejado una nota y que se iba”, dice el padre.
“Ella es tan introvertida que siempre se guardó todo. Ya sea lo que pasaba en la casa o en la universidad. Todo se lo guardaba, yo personalmente, siento que ella se culpaba por todo", añade el padre.
Perturbada por razones que nadie logra comprender mucho en ese momento, Valentina se fue de la casa. En la nota que deja a su familia, dice que quiere ver el mar. Algo que guía las sospechas de su madre.
La madre de Valentina relata: Entre el trayecto de la micro, llamo a mis sobrinos que viven en San Felipe y que son cercanos a Valentina. Les cuento que la Valentina se fue de la casa y le digo a ellos, no sé si fue una corazonada, una intuición que fueran a Quinteros”.
Video muestra sus movimientos
La joven salió de casa a las 10 de la mañana. Se dirigió a la estación de metro Parque O'Higgins y usó su tarjeta Nacional Estudiantil 28 minutos después.
“Nosotros pensábamos que teníamos la confianza suficiente para que ella nos hubiera contado estas cosas, pero al parecer no es así", dice la madre.
En un video de seguridad se registra el paso de Valentina. Son las cámaras del terminal de buses sur. Se le ve con mascarilla, buzo y un pequeño bolso blanco. A este terminal de Estación Central llega poco antes de las 10:45. Poco después aborda un bus con dirección a Quintero. La máquina sale a las 10:50. Su hora de llegada al litoral está fijada para las 13:15.
“Ella se bajó en el terminal y esas son las últimas imágenes que yo tengo de ella viéndola físicamente”, dice el padre.
Cynthia Pérez, abogada de la familia de Valentina, comenta: “Las ultimas cámaras que logran posesionar, los últimos videos que hemos revisado y que también están en la carpeta investigativa de la fiscalía local de Quinteros, dan cuenta que Valentina estaría sola y que había esperado el pronto acceso al bus y de ahí se pierde su rastro al menos en el terminal”.
Valentina llegó a Quintero. De eso no hay duda. Lo corroboran estas imágenes de la cámara de seguridad de la capitanía de puerto. Son las 14 horas con 9 minutos. La joven va sola. Parece saber muy bien donde se dirige. Es el último registro que se tiene de ella.
“Ahí empezamos a buscar por todos lados y no encontramos nada, hasta el momento no hemos encontrado nada solo llamadas que nos han dicho que la han visto en diferentes partes, muchas partes la han visto a la Valentina, pero nada he cierto”, dice el papá.
¿Por qué Valentina viajó a Quintero?, ¿Pretendía juntarse con alguien? En la nota que deja a sus padres apenas habla de sus calificaciones y el estrés causado por los estudios.
El único sospechoso
Pasado casi un mes desde que Valentina Mardones desapareció, la familia recibió la llamada de un mariscador de Quintero. Asegura haber visto las pertenencias de la joven en los roqueríos de la Playa el Libro, no muy lejos de la capitanía de puerto, donde se captaron sus últimas imágenes.
“Me llama una persona y me dice que el vio un bolsito en una roca en la playa el libro y me empieza a decir las cosas que habían, que había una TNE, un pasaje de bus, unos dulces, una billetera, un carnet de identidad y que él había visto los afiches que nosotros colocamos en Quinteros, donde reconoció a la persona que estábamos buscando”, cuenta el padre.
"Me dijo que lo había dejado en el mismo lugar que las encontró y que no los llevó a la PDI para no meterse en problemas”, dice el padre.
El mariscador de Quintero es conocido como "El Palomino". Su testimonio levanta las sospechas de la familia de Valentina. La investigación demostró el hombre usó la cédula de la joven para hacer la portabilidad de un celular.
La abogada Pérez habla sobre este hombre: “Tanto la fiscalía como mi equipo comenzamos a investigar respecto de este sujeto que mantiene más de 5 o 6 perfiles en Facebook y otra cantidad enorme en otras redes sociales y la cantidad de amistades o seguidores o personas seguidas por él. Son personas preferentemente mujeres, de un rango etario similar al rango de Valentina y persona con contextura física muy parecida a la de ella”.
Ha pasado un año de la desaparición de Valentina y ese mariscador decide hablar por primera vez con un medio de comunicación. Intenta aclarar cómo fue que encontró las pertenencias de la universitaria.
“Yo trabajo en este sector, yo soy buzo mariscador. Llego casi siempre donde yo me pongo mis trajes y vi unas cosas en una roca y pensé que era de alguna persona que se podía estar bañándose en la playa y no le tome mucha importancia. Entré a bucear, salí y todavía estaban las cosas ahí y me llamó la atención y me acerqué”, comienza su relato.
“El hecho es que tomé las cosas, saqué la plata y me llevé su cedula de identidad el primer día. Al otro día cuando volví a bajar, también estaban y me llevé casi la mayoría. Entonces, cuando llegué a mi casa, pesqué la cédula de identidad, ya que no me encontraba en una situación económica muy buena. Sé que cometí un delito en el sentido de haber hecho un mal uso de la identidad de ella”, continúa.
“A pesar de lo que yo había hecho con su cedula de identidad, igual llamé a sus papas y les dije que había encontrado sus cosas, independiente de lo que pasara. Le dije que la había visto, no que las había tomado”, explica.
Reconoce que en un principio mintió por temor a ser involucrado en el caso. Pero insiste en que ha colaborado con la fiscalía.
“Yo en realidad no tengo nada que ver con la desaparición de su hija, espero que aparezca, pero yo no la conozco, nunca la vi y si la hubiese visto hubiese dado la información a la policía”, sentencia.
Pablo Bravo, fiscal jefe de Quintero, comenta: “Accedieron voluntariamente a todo tipo de diligencias, se le registran todos sus antecedentes personales, sus líneas telefónicas, se revisaron los lugares donde ellos llegan, residencia, homicidio, etc. y no hay ningún antecedente que los vincule mayormente a este caso a no ser por lo que ya se ha comentado”.
Lo extraño es que, con el paso de los meses, la familia ha comenzado a recibir mensajes y amenazas de desconocidos que los llaman a detener su búsqueda.
“Cuando decidimos hacer público este caso, en la noche recibimos vía WhatsApp una amenaza. Yo le empecé a contestar a la persona que me llamó que quería, si quería dinero, me decía que no, que dejáramos de dar a conocer el caso en la tele, que si no la Valentina la tenían ellos y le iba a pasar algo”, revela.
“Estas amenazas ahora nos abren un paragua gigantesco de posibilidades porque antes partíamos de la premisa que habría desaparecido, luego que habían encontrado sus cosas en una roca en la playa el libro, pero ahora hay amenazas no en base a buscar recompensa por decir o entregar a Valentina, el hecho de amenazas por callarse”, comenta la abogada de la familia.
Los confusos llamados y las advertencias, hacen pensar a la familia en la posibilidad real de un secuestro.
“Una hipótesis relativa a un secuestro, atendido además el tiempo que ha transcurrido de cometido el ilícito se diluye, por cuanto los secuestros tienen una finalidad en este caso no se está cumpliendo la misma”, explica el fiscal Bravo.
La fiscalía no descarta ninguna hipótesis, aunque la más fuerte sigue siendo el suicidio. Basados principalmente en la carta que Valentina Mardones dejó antes de salir de su casa.
"Dice, estoy cansada, no puedo más, hace demasiado tiempo que no le veo sentido a nada de lo que hago, no me siento feliz con nada de lo que hago, no tengo motivación, ni sueños, todo he estado haciendo ha sido en automático", relata en su texto.
"La verdad no se si la culpa la tuvo la universidad o la carrera que escogí, supongo que nunca lo voy a averiguar, solo sé que mi cabeza está mal no tengo ni la mayor idea de lo que estoy haciendo no soy capaz de pedir ayuda"
"Me voy al mar tenía muchas ganas de ver la playa por última vez los quiero a todos adiós"
¿Crimen?, ¿secuestro?, ¿Suicidio? Los padres de Valentina están convencidos que aquí hay intervención de terceros.
“Si ella se hubiera tirado al mar, en una semana hubiera devuelto el cuerpo el mar o hubiera desaparecido no se alguna zapatilla, un pantalón, la polera, algo de su vestimenta, pero, pero no hay registro de eso, entonces seguimos con la esperanza de que alguien lo tiene y en qué condiciones tampoco sabemos, en que circunstancia tampoco lo único que queremos es conocer la verdad”, dice la madre.
“Y nosotros la seguimos buscando y vamos a seguir buscando hasta que la encontremos", finaliza el padre.
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