Chile cumple 140 años de la llegada de la electricidad a Santiago: esta es su historia

Hace exactos 140 años, la vida de Santiago -y del país- cambió para siempre: la llegada de la luz eléctrica, en el corazón del centro histórico de la capital, modificó la dinámica y apariencia de la ciudad.

Las velas y chonchones y, luego, las lámparas de gas fueron, hasta entonces, la tecnología del momento. Pero, las autoridades y los vecinos de la capital querían habitar en una ciudad del primer mundo; con luminarias que transformaran la noche en día; que les permitiera producir, pero también disfrutar más horas de la vida.

El ingenio y empuje de algunos particulares, permitieron que, en 1883, se iluminaran los primeros faroles con luz eléctrica en la Plaza de Armas: ¡Dos luminarias de cinco bombillas parecían mágicas, increíble, alumbraban lo mismo que 32 velas!

Los capitalinos cayeron rendidos frente a los encantos de una luz generosa. El tímido ensayo de estos pioneros, lideró el comienzo de una verdadera revolución: en marzo del mismo año ya había 34 lámparas en Santiago, en los portales Mc Clure y Fernández Concha y en las vitrinas de algunas tiendas del Pasaje Matte. Y luego más, muchas más.

Rápidamente, este tipo de energía se ganó la admiración y las preferencias de los santiaguinos: “Si el encendido eléctrico de la primera calle fue un todo un suceso en Santiago, podrán imaginar lo que significó la iluminación de la primera casa capitalina, donde se llevó a cabo una increíble fiesta de disfraces, conocida como la ´fiesta de los presidentes´”, sostiene Claudio Mendoza, Director Ejecutivo de Revoluz100, primera
plataforma multimedia que recorre, de forma lúdica, el último siglo de nuestra historia.

La electricidad modificó también, en esos tiempos, el transporte público. Hasta entonces, los carros de sangre -vehículos de transporte de pasajeros con tracción animal- fueron desplazados por los tranvías eléctricos.

La ciudad parecía un escenario de guerra; palas y picotas levantaron toda la tierra necesaria para soterrar el cableado para la iluminación y también para montar los rieles del transporte colectivo. Todo fuera por el progreso: “Luz, fuerza y calor”, decía el slogan de la Compañía Chilena de Electricidad, hoy Enel Distribución.



Para el Centenario de la República se iluminaron con luz eléctrica los principales edificios públicos de la capital. Revoluz100, junto a la colaboración de la Biblioteca Nacional, encontró registros inéditos de aquella jornada: “Es realmente emocionante distinguir la preparación que tuvieron y el papel de la electricidad para ese evento”, subraya Mendoza.

Era tal la euforia por esta tecnología, que hasta hubo un “Palacio de la Luz”, donde los chilenos podían ver y probar los últimos adelantos que permitían una vida más cómoda y segura en el hogar. Las dueñas de casa podían incluso llevar su plancha a carbón en parte de pago para salir con su eléctrica.

Desde entonces y hasta hoy, han pasado cientos de historias y desafíos en esta industria. 

La transición energética, la electromovilidad, internet y hasta el metaverso, entre otros, la tienen enfocada, como nunca, a mejorar la seguridad y bienestar de los chilenos.

Revoluz100 (R100), es un proyecto cultural -sin fines de lucro- diseñado para celebrar los 100 años de distribución eléctrica en Chile. Consiste, esencialmente, en una web multimedia que recorre el último siglo de nuestra historia, desde la perspectiva de cómo este avance tecnológico ha cambiado la vida en, prácticamente, todas las esferas, desde las más cotidianas hasta las más trascendentes. Es el primer tour virtual de la energía eléctrica en nuestro país: a través de 170 historias distintas, narra un siglo de avances
tecnológicos energéticos, la transformación de la ciudad, el transporte y la vida cotidiana de las personas en Santiago.