Víctima de Precht asegura que el obispo Cristián Roncagliolo tuvo conductas de connotación sexual hacia él
- Por Boris Bezama
Mega Investiga
Jaime Concha Meneses, una de las víctimas que habría sido abusada por el sacerdote Cristián Precht, en conversación con Mega Investiga aseguró que el sábado 6 de octubre de 2018, el entonces vicario general del Arzobispado de Santiago, Cristián Roncagliolo, se reunió con él para conversar sobre el proceso de reparación del Arzobispado capitalino dirigido a las víctimas de abuso del sacerdote diocesano.
“Él consiguió mi teléfono celular y me contactó para invitarme a conversar. Acordamos que me pasaría a buscar a la casa de mi hermano y mi sorpresa fue que la reunión tuvo lugar en una marisquería del Parque Arauco y no en el Arzobispado”, comienza relatando Jaime Concha.
La situación le llamó la atención en un comienzo, pero se tornó más compleja cuando frente a una langosta magallánica, Roncagliolo se centró en los detalles más íntimos del abuso sexual por el que Concha acusa a Precht.
Él pensaba que la reunión tendría otro objetivo, por lo que trató de enfocarse en lo que supuestamente iban a tratar. Pero asegura que el sacerdote insistía en conocer “qué me había pasado, dónde había ocurrido, si había habido besos, por lo que comencé a sentirme muy incómodo. Me sentía como un bufón entreteniendo al rey”, describe Concha, junto con asegurar haberse sentido revictimizado al pedirle que recordara y verbalizara los detalles de su denuncia.
“En un momento me dijo que así como yo era un sobreviviente de los abusos, él era un sobreviviente del cáncer”, recuerda Concha.
Nuevamente, él le insistió en que no quería conversar acerca de lo sucedido y le pidió que se fueran del local. Roncagliolo accedió y fueron rumbo al estacionamiento, donde según Concha, el sacerdote no cejó en tratar de acceder a aquellos detalles escabrosos sobre su denuncia contra Cristián Precht.
Cuando iban en la mitad del trayecto a la casa de su hermano, el sacerdote detuvo el auto y nuevamente abordó el tema, preguntándole los mismos detalles que él no quería seguir proporcionando. Y percibió que, cada vez que se refería a la situación de abuso, “Roncagliolo se activaba”.
-¿En qué sentido se activaba?
-Se excitaba, estaba eufórico, tenía una mirada libidinosa. Su corporalidad no era la que debía tener un sacerdote quien estaba escuchando a una víctima. No había nada de empatía en él.
“Me sentí totalmente vulnerado”
Pese a que Jaime Concha ya le había dicho que no quería seguir con el tema, Roncagliolo continuó ahora en el automóvil con la misma conversación. “Era como si no entendiera lo que le estaba diciendo”, cuenta Concha. Fue entonces cuando de improviso, el cura activó el seguro del auto, para impedirle que pudiera bajarse. Todo se volvió más confuso, por lo que Concha le gritó que si no sacaba el seguro, iba a llamar a Carabineros.
“En ese momento, me tocó y me dijo Jaimito, no te pongas así. Me sentí totalmente vulnerado. Llegué a la casa de mi hermano y no quise hablar sobre lo sucedido. Entré a la pieza y me puse a llorar. Me sentía de la misma forma que cuando era un menor de edad y fui abusado. Me sentía culpable de haber ido a juntarme con él. Y vino nuevamente ese sentimiento de pensar que uno lo había provocado”, relata Concha. “Él tuvo conductas de connotación sexual hacia mí, lo que nunca pensé que podría ocurrir considerando que yo era una víctima”, añade Concha.
A la única persona que le contó lo sucedido fue a la presidenta del Consejo de Prevención de Abusos y Acompañamiento a Víctimas de la Conferencia Episcopal (CECh), Ana María Celis. Pero no lo hizo como una denuncia formal, por lo que en las próximas horas piensa entregar al Departamento de prevención de la CECh todos los antecedentes que podrían servir como un testigo de contexto para la investigación que lleva la Congregación para los Obispos de la Santa Sede relativos al obispo Roncagliolo.
De acuerdo a un comunicado del 6 de mayo del arzobispado de Santiago, Roncaglolio comenzó “un tiempo de recuperación integral” y según un WhatsApp enviado por el propio sacerdote al Consejo de Vicarios de la Arquidiócesis de Santiago, hoy está en España tratando de recuperarse de “los síntomas claros de burnout”.
Señala que “no había otro camino más que parar en seco toda actividad... Y se me ofreció una posibilidad médica en España para hacer la primera parte del proceso de recuperación, que implica desconexión total con acompañamiento interdisciplinario. Esta oferta implicó hacerlo todo con celeridad, incluida una infinidad de exámenes”.
Sin embargo, en su mensaje a sus pares, Roncagliolo nunca se refiere a la investigación de los hechos de “connotación sexual”.
Congregación para los Obispos de la Santa Sede estudia denuncia contra Roncagliolo
Hoy el Arzobispado de Santiago debió sacar una declaración oficial firmada por el sucesor de Roncagliolo, el Vicario General Alberto Lorenzelli Rossi, en la que se refiere a las denuncias por connotación sexual contra el sacerdote.
“Las denuncias de connotación sexual que se señalan en ese texto (La Tercera) no fueron notificadas al Arzobispado de Santiago, ya que no corresponde que así sea. Las entidades que las habrían recibido, - la Comisión Scicluna y el Consejo Nacional de Prevención de Abusos (2019)- se supone que las enviaron directamente a la Congregación para los Obispos de la Santa Sede”, precisa el texto.
El comunicado agrega que el Arzobispado de Santiago recibió otra denuncia respecto de Roncagliolo “ante la Oficina Pastoral de Denuncias (OPADE) realizada por tres trabajadores de la arquidiócesis, - que también enviaron a la Santa Sede-, por maltrato laboral y abuso de poder, hechos que el propio obispo reconoció y, por los cuales, se disculpó con los afectados”.
El comunicado añade que “el cardenal Celestino Aós envió esos antecedentes a la Congregación para los Obispos –única con competencia para juzgar delitos canónicos de Obispos, con excepción de los abusos de menores donde es competente la Congregación para la Doctrina de la Fe- y separó al Obispo de sus funciones al frente del Departamento donde se desempeñan los denunciantes”.
Esta comunicación oficial de la Iglesia Católica, en la que aborda las denuncias de connotación sexual contra Roncagliolo, ocurre una semana después del comunicado en el que se solo se hacía referencia a la “recuperación integral” del obispo. De hecho, en la comunicación se insiste en que “la decisión de viajar a España de don Cristián obedeció a una instrucción directa de la Congregación para los Obispos. Conforme a lo que ha señalado el mismo clérigo, el objetivo es someterse a un proceso de recuperación de su salud física, sicológica y espiritual”.
Los otros encuentros
Jaime Concha se atrevió a hacer pública esta denuncia a través de Mega Investiga para que así quienes hayan sido víctimas puedan también dar a conocer sus testimonio ante la Iglesia. “Si él estuvo en el borde conmigo, sabiendo que yo era una persona víctima de abusos sexuales, estoy seguro que lo ha hecho con muchos otros. Es inaceptable e imperdonable que una persona con el poder que tiene, lo siga usando para dar riendas a sus impulsos”, acusa Concha.
Recuerda que vio a Roncagliolo varias veces en actividades públicas, tras el incidente. En una de ellas participaba en un curso de abuso sexual en la Fundación para la Confianza, lo que le llamó mucho la atención. Y en otra oportunidades se lo topó cuando se celebraron los 50 años de sacerdocio de Mariano Puga. En cada una de esas ocasiones, Roncagliolo lo saludaba como si fueran estrechos amigos, recuerda Concha.
La guía por la que Roncagliolo ofreció disculpas
A raíz de una controversial guía denominada "Orientaciones que fomentan el buen trato y la sana convivencia pastoral" del Arzobispado de Santiago de octubre de 2018, Roncagliolo debió salir a explicar el documento. En él se hacía referencia a “conductas inapropiadas como besar en la boca, dar palmadas en los glúteos o tocar los genitales de menores” y aconsejaba “evitar mirar o sacar fotos a menores cuando estén desnudos o se duchen”.
Cristián Roncagliolo debió pedir disculpas públicas y admitió que “hay errores” en el manual que debían ser subsanados. “Hemos pedido perdón. Ahí hay errores, quizás parte de nuestro error es que nosotros quisimos traer cosas de otras culturas“, dijo Roncagliolo en esa oportunidad. De esta forma, en el capítulo sobre las “muestras de afecto”, se instruyó a los sacerdotes “abrazar por detrás”, “luchar o realizar juegos que implican tocarse de manera inapropiada”, “cualquier expresión de afecto que el niño, niña, adolescente y personas vulnerables no aceptan y rechazan” y la guía recomendaba “utilizar el tacto solamente según lo apropiado o según lo permitido por la cultura local“.
Las redes de Roncagliolo en la Iglesia Católica son vastas. Fue secretario particular del arzobispo de Santiago, Francisco Javier Errázuriz. En 2017, el Papa Francisco lo designó obispo auxiliar de la Arquidiócesis de Santiago de Chile. Y ostentando ese cargo, se reunió con Concha en la marisquería del Parque Arauco.
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