"Uno no está preparado": ciudadanía teme racionamiento del agua y autoridades estudian impuestos al uso
- Por Ana María Lizana
Con la crisis hídrica que se vive en nuestro país y la llegada de un posible invierno seco, la ciudadanía teme un posible racionamiento de agua que podría ejecutarse en 2023. Sin embargo, autoridades ya piensan en medidas para dar frente a la sequía y no descartan un impuesto por su uso.
Pese a que la ciudadanía está de acuerdo en un posible racionamiento, es inevitable no "temer". Sin embargo, piensan que lo primero es educar a la ciudadanía. "Lo primero es educar, pero educar no solamente a nivel domiciliario, sino también desde el Estado".
Otra de las consultadas admitió tener "miedo porque uno no está preparado para esto y lamentablemente la gente está viviendo el día a día", sin importar las consecuencias.
Posible impuesto
Lo cierto es que las autoridades ya estarían pensando en gravar la utilización del agua, es decir, imponer un impuesto para el agua y así fomentar la reducción del uso de esta.
"Vamos a tener que seguir trabajando e incluso si fuese necesario gravar el consumo excesivo de la aguas de las familias", indicó el ministro de Obras Públicas, Juan Carlos García.
Esta idea está tomando cada vez más fuerza. Para expertos, esto debería contar con tres criterios para recién llevarlo a cabo. En tanto, señalan que esto, más que recaudar dinero, tiene como objetivo "modificar una conducta" en la población.
Reinalina Chavarri, Directora del Observatorio de Sostenibilidad del Departamento de Administración de Empresas de la Facultad de Economía y Negocios (FEN) de la Universidad de Chile, detalló estos criterios: "Un mínimo de acceso y uso garantizado para las personas, progresividad del instrumento y proporcionalidad, pues quien consume más debe pagar más".
"Buena medida"
Sobre "modificar una conducta", como lo afirma el abogado Mauricio Osorio, también está de acuerdo la ciudadanía y que hay que acatar las consecuencias de pagar más por el consumo. Es lo mismo que sucedería con el gasto eléctrico, que se otorga un cargo de sobrepasar los 430 kWh.
"Lamentablemente, hay que meter la mano en los bolsillos para que la gente se dé cuenta de que hay que racionar", señaló uno de los consumidores.
Asimismo, otro sugirió la idea de colocar un límite del uso, así como sucede con la cuenta de la luz: "Que lo dejen en 200 litros el límite y que las personas que consuman sobre eso paguen más, eso sería bueno".
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