Toma más grande está en Cerrillos y con casas de concreto: "Desalojarlos sería una batalla campal que dejaría muertos"
- Por Meganoticias
Son 10 mil los habitantes de la toma más grande de la región Metropolitana, ubicada en Cerrillos. Está ubicada sobre un ex basural y sus habitantes aseguraron haber "comprado" estos terrenos, donde algunos incluso han construido casas de concreto.
En menos de dos años, la toma se ha extendido a tal punto que, para las autoridades, pensar en erradicarla, es hasta imposible. Ahora son tres mil familias las que viven allí, expuestas a los peligros que reviste una toma al costado de la ruta 68.
"Es la toma más grande de la región Metropolitana. Tiene una magnitud que ni siquiera he visto en Lampa", señaló el gobernador metropolitano, Claudio Orrego, quien analizó la compleja situación que se vive en Cerrillos.
"Lamentablemente, cuando deja de haber estado de derecho y hay grupos organizados, muchas veces de carácter criminal, que se toman el espacio público, lo que termina ocurriendo es que venden terrenos que no son propios arriba de un relleno sanitario", agregó la autoridad.
"Vi la oportunidad"
Para aquellos que viven en la toma "Nuevo Amanecer", su motivación para asentarse en aquel sitio fue por necesidad de la casa propia y por las escasas oportunidades que tuvieron. Primero llegaron los chilenos, luego los extranjeros, viviendo todos en una comunidad.
Inés, una de las dirigentas del lugar, relató que, en su deseo de tener la casa propia, no lo dudó en hacerse de un terreno en ese lugar: "Estaba complicada con la plata del arriendo y vi la oportunidad de ver qué pasaba".
Pero para hacerse de un terreno, debían comprarlo, pese a que se trataba de un terreno sin dueño. Louna Farelus contó que al llegar, todo estaba marcado por un supuesto dueño y que "tenías que comprar el terreno. Nos vendieron y compramos por necesidad”.
Pese a que se trataba de ex basural, los terrenos fueron vendidos y así también llegó Pamela Santisteban con su familia, dirigenta también, al igual que Louna e Inés. "Me traspasaron el terreno y me cobraron 500 mil pesos", relató.
Pamela cuenta que una de las diferencias que se encontró en el lugar es que muchas de las construcciones fueron hechas de concreto. En su mayoría, hechas por haitianos que llegaron hasta la toma. Incluso, ellos mismos instalaron una ferretería.
Ex basural
En los pasajes de "Nuevo Amanecer" se pueden apreciar las capas de basura que fueron tapadas con tierra. Antiguo vertedero, solía ser un relleno sanitario. En aquel mismo lugar, ahora son tierras "habitables".
Pamela Santisteban aseguró que no sabían que se trataba de un basural: "Nos fuimos enterando conforme conocíamos el lugar. Nos han dicho que es peligroso, pero hemos pedido que se haga un estudio de suelo por si nuestras vidas están en peligro”.
Fue el gobernador metropolitano quien dio a conocer los peligros que implicarían vivir en un lugar así. "Hay temas de gas, de incendios, es un lugar que tiene riesgos. También terremotos", lo que podría desencadenar en derrumbes.
Imposible desalojarlos
Pero la posibilidad de erradicarlos, cada vez se ve más difícil. Es por ello que los vecinos piden una solución al respecto. Las casas sólidas que han construido, ha hecho un verdadero punto en contra para su erradicación.
"Tanto acá el fenómeno social reviste de realidad distinta a lo que es un campamento típico que haya ocurrido en nuestro país. Han construido sus casas sólidas, lo que hace más difícil su erradicación", aseguró Lorena Facuse, alcaldesa de Cerrillos.
La erradicación de esta toma se ve compleja, ni hablar de un desalojo por la fuerza. Es el mismo gobernador que señaló que de hacerlo, incluso podría haber muertos.
"El desalojo de una toma consolidada no corresponde. Si tú me preguntas si hay que evitar que haya nuevas tomas, estoy de acuerdo. Hay que conversar con los dueños de terrenos, con Carabineros, porque una toma la puedes disolver con la fuerza de uso público y diálogo. Pero desalojar una toma consolidada como la de Cerrillos es una batalla campal que puede acabar con muertos. Hay que ocupar otros medios", sugirió Orrego.
Sobre cuánto podrían demorarse las autoridades en encontrar una solución a este problema o una posible erradicación, el gobernador es claro en decir que incluso podría tomar hasta 20 años, como sucedió en una toma de Peñalolén.
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