Insulza: No podemos generar unidad en la oposición a través de sucesivas acusaciones constitucionales
- Por Meganoticias
¿Qué pasó?
El senador José Miguel Insulza, envió una carta a los miembros del Partido Socialista, donde se refirió a a las críticas recibidas tras ausentarse el día de la votación de la acusación constitucional contra el intendente metropolitano, Felipe Guevara.
¿Qué dijo?
En la misiva Insulza indicó que tras volver al país, decidió “responder a acusaciones y críticas, algunas de ellas muy agresivas, que han provenido principalmente de miembros de mi propio partido”.
A continuación, se refirió a los cuestionamientos que recibió tras ausentarse de la acusación constitucional contra el intendente metropolitano, Felipe Guevara. Al respecto, señaló que el libelo acusatorio “pudo haberse debatido en la Sala del Senado el viernes 30 de enero. La ausencia de varios senadores ese día llevó a una decisión de la Mesa del Senado de fijar esas sesiones para el 3 y 4 de febrero. Cuando ello ocurrió yo tenía ya organizado un viaje fuera de Chile, suponiendo que el Senado estaría en receso, para esos mismos días”.
Agregó que ese viaje “era una actividad habitual mía, para fortalecer relaciones adquiridas durante cuatro décadas de actividad profesional y mantenerme al tanto de la realidad de nuestra región. Considero estas visitas parte integral de mi actividad profesional y política, antes y después de servir en el Senado en la Comisión de Relaciones Exteriores que actualmente presido. Las hago con mis propios recursos, sin solicitar pasajes ni viáticos del Congreso, y procuro que ellas sean compatibles con mi actividad parlamentaria. Si ello no ocurrió esta vez fue solamente por la prórroga inesperada de las sesiones del Congreso para examinar la acusación”.
Rechazo a las críticas
Insulza afirmó que informó a su bancada sobre la imposibilidad de asistir esos días y que no podía cambiar las fechas, por lo cual solicitó un permiso constitucional al Congreso, por el cual lo excluye para efectos de quórum.
“Rechazo con fuerza que esta actividad previamente programada y avisada, haya sido como se ha dicho, una forma de ‘evadir responsabilidades’. Tomé una opción que es legítima y comúnmente usada y respondo de ella, profesional y políticamente”, aseveró.
Acusaciones constitucionales
Además, con respecto a la votación de las acusaciones, expresó que “no podemos generar unidad en la oposición ni adhesión en la ciudadanía a través de sucesivas acusaciones constitucionales. Con esta herramienta se intenta apelar a la emocionalidad y la emotividad, ante una evidente pérdida del norte político. Esta apelación a la emocionalidad genera una falsa dicotomía: si se aprueba se está por los DDHH, si se rechaza se está en contra de los DD.HH”.
Su relación con militantes del PS
“Me interesa aclarar esto. Yo no he tenido diferencias con mi partido ni mi bancada en relación con los temas principales de la movilización social que el país vive desde hace cuatro meses. Un simple examen de mi actuación en el Senado muestra plena consistencia con las posiciones partidarias en lo económico, lo social y lo político-constitucional”, aclaró Insulza.
Aunque por otro lado, reconoció tener diferencias con algunos compañeros con respecto al “escaso valor que se da a los gobiernos democráticos de los que formamos parte en las últimas décadas. El PS gobernó en cinco gobiernos durante 24 años. Y, sin embargo, no pocos de los nuestros se pliegan al lenguaje de los ‘treinta años perdidos’, consigna de quienes estuvieron en la oposición desde el plebiscito de 1988 en adelante y solo formaron parte del último gobierno”.
Con respecto a un segundo motivo de diferencia con sus pares, manifestó que se debe a “la forma en que asumimos el tema de la violencia. Ya antes de servir como ministro del Interior, sentía que no tener una propuesta de seguridad es una de las peores debilidades de la izquierda en nuestro país. Todos reconocemos los problemas sociales que están detrás de la violencia en cualquier sociedad. Esta evidencia nos hace ser más comprensivos con los que delinquen llevados por la necesidad o como producto de malas condiciones sociales. Pero toda sociedad organizada requiere un sistema adecuado de seguridad pública, que solo el Estado puede proporcionar”.
Estallido social
En cuanto al estallido social de octubre del año pasado, Insulza reconoció que “es el inicio de una nueva etapa en la política chilena. Su lugar positivo en la historia es ya innegable. Pero desde el punto de vista de la seguridad pública se caracteriza negativamente por la violencia insensata de Carabineros y por la acción vandálica de delincuentes que se han esmerado en la destrucción de bienes públicos y saqueos en todo el país. La muerte de más de 30 chilenos, la ceguera, las lesiones, la violación de los derechos humanos han sido un rasgo inaceptable de los enfrentamientos desde el comienzo”.
“La violencia no es portadora de ningún cambio político o social con valor democrático. Solo puede favorecer a quienes se sienten cómodos con la política del terror y la mano dura (...), sin embargo muchos de los nuestros aún celebran a los violentos o al menos son benévolos con ellos”, añadió.