Dominique Pelicot le habla a su familia a pocos días de conocerse su sentencia: "Tienen el resto de mi vida entre sus manos"

¿Qué pasó? 

Dominique Pelicot, acusado de drogar a su exmujer Gisèle durante una década para violarla junto a desconocidos, elogió este lunes el "coraje" de la víctima, en sus últimas palabras durante este macrojuicio en Francia, cuya sentencia se conocerá el jueves.

"Querría empezar saludando el coraje de mi exmujer", declaró el hombre de 72 años en el último día de vista oral ante el tribunal de Aviñón, en el sur de Francia, donde pidió además a su familia que acepte sus "disculpas" por hacerles "sufrir".

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Una quincena de los 51 acusados -uno de ellos juzgado en rebeldía- aprovecharon la última oportunidad de palabra para pedir perdón a la víctima, que se mantuvo impasible, aunque algunos de ellos también siguieron su línea de defensa: considerarse "víctimas de la manipulación" de Dominique Pelicot.

Con las últimas palabras de los acusados, este juicio quedó visto para sentencia. El presidente del tribunal Roger Arata aseguró que la lectura del veredicto está prevista para el jueves, pero que si las deliberaciones les toman más tiempo, podría atrasarse incluso al viernes por la mañana". 

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Para el último día del juicio, la mujer de 72 años no estuvo acompañada de sus hijos y, como ocurre desde los primeros días del proceso, el público presente la aplaudió a su salida de la sala, entre gritos de "bravo" y "gracias", constataron periodistas de AFP.

"Tienen el resto de mi vida entre sus manos" 

Además de pedir "disculpas", su exmarido, contra quien la fiscalía pidió la pena máxima de 20 años de prisión por violación con agravantes, dio las gracias al tribunal por permitirle seguir el juicio sentado en una silla especial a causa de su frágil estado de salud y a su abogada por ayudarle a "no bajar los brazos".

"Habría sido una muestra de cobardía hacia mi familia y una forma fácil para los acusados de darles la razón", agregó Dominique Pelicot, quien nunca ha negado los hechos y quien durante el juicio contradijo a los acusados que aseguraban que desconocían que su ahora exmujer estaba drogada.

El hombre aseguró que "la privación de no ver a su familia es peor que la privación de libertad". "Puedo decir a toda mi familia que los amo. Eso es todo. Tienen el resto de mi vida entre sus manos", concluyó, dirigiéndose al tribunal, al que aseguró que dijo "toda la verdad".

Este juicio, que dio la vuelta al mundo, convirtió a Gisèle en un símbolo de la lucha contra las agresiones sexuales a las mujeres, sobre todo por su rechazo a que se celebrase a puerta cerrada y su apoyo a la difusión de las imágenes de las violaciones, plasmados en la frase: "Que la vergüenza cambie de bando".

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