Fiscal de EEUU solicitará nueva sentencia para los hermanos Menéndez por asesinato de sus padres

¿Qué pasó?

Este jueves, fiscal jefe en Los Ángeles, Estados Unidos, dijo que solicitaría una nueva sentencia para los hermanos Menéndez por el asesinato a sus padres José y Kitty, quienes fallecieron 20 de agosto de 1989 a manos de sus propios hijos.

Los hermanos Lyle y Erik Menéndez fueron sentenciados en 1996 a cadena perpetua sin posibilidad de libertad condicional, esto tras el brutal crimen que cometieron y que causó revuelo en la opinión pública estadounidense y a nivel internacional.

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¿Qué dijo la Fiscalía de Los Ángeles por el caso Menéndez?

El fiscal, George Gascon, afirmó que pediría a un juez que dictamine que los dos hombres, cuyo caso ha vuelto a recibir atención por una serie emitida en Netflix, deberían ver reducida su sentencia de forma que fueran elegibles para la libertad condicional inmediata.

Cabe recordar que la muerte a tiros del magnate de la música José Menéndez y su esposa Kitty en su casa de Beverly Hills, y los posteriores juicios televisados de sus hijos, acapararon titulares a principio de los años 1990. 

El juicio inicial, que comenzó en 1993, fue uno de los primeros casos de asesinato que coparon los titulares de los periódicos de todo el mundo. Tras un juicio nulo debido al desacuerdo del jurado, los hermanos fueron declarados culpables en un segundo procedimiento.

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La familia de los hermanos Menéndez solicitan que los liberen

Cabe destacar que el pasado jueves 17 de octubre, familiares de los hermanos Lyle y Erik Menéndez habían solicitado que los liberen. En el momento de los hechos, con 18 y 21 años, ambos declararon entre lágrimas que habían matado a sus padres tras sufrir años de abusos sexuales a manos de su papá.

De este modo, ambos fueron condenados por asesinato y cumplen cadena perpetua sin posibilidad de libertad condicional desde 1996.  Joan VanderMolen, tía de los hermanos de 92 años, señaló que "a medida que salían a la luz los detalles de los abusos sufridos por Lyle y Eric, quedaba claro que sus acciones, aunque trágicas, eran la respuesta desesperada de dos niños que intentaban sobrevivir a la crueldad indescriptible de su padre".

"Lyle y Erik ya han pagado un precio muy alto, desechados por un sistema que no supo reconocer su dolor", añadió en una rueda de prensa a la que asistieron una treintena de familiares.