Pasillos angostos, un inodoro incómodo y el arriendo vale $800 mil: Así son los departamentos pequeños en Tokio
Cuando piensas en un departamento 360, seguramente te imaginas un espacio lujoso y con una vista increíble. En Japón lo segundo puede ser cierto, pero existen inmuebles con pasillos tan limitados que, con suerte, hay lugar para la cama.
Hace pocos meses, Norm Nakamura —canadiense radicado en suelo japonés, conductor del programa "Tokyo Lens" en YouTube— visitó una vivienda situada cerca del centro de Tokio, en una de las áreas más caras para vivir.
Según sus cálculos, arrendar en este apartamento 360 cuesta mensualmente entre 800 y 900 dólares, lo que convertido a pesos chilenos corresponde a un tramo que va desde los $712 mil a los $801 mil, de acuerdo al cambio actual.
Comparado a la realidad chilena, ese precio de arriendo lo tienen propiedades con más 45 metros cuadrados y que están situadas en comunas como Ñuñoa, Providencia, Las Condes y Vitacura, en la Región Metropolitana.
Así es el departamento 360 en Tokio
A diferencia de las viviendas tradicionales, en donde el dormitorio, el baño y la cocina tienen sus espacios delimitados con paredes, un departamento 360 en Tokio consiste en cuatro pasillos con los servicios básicos instalados en medio de ellos.
En palabras más simples, un pasillo es el dormitorio, otro es el baño, otro es la cocina y el último posee una disposición tan limitada que ni siquiera es posible denominarlo como living o comedor.
Para acceder a él, el propietario o arrendatario debe subir una angosta escalera parecida a un túnel, según expresó Norm. Una vez dentro, lo primero que él mostró fue el baño, compuesto por un inodoro y una tina con su respectiva cortina que quedaban en una de las esquinas del inmueble —el lavamanos estaba a la vuelta de la otra esquina.
"Es un retrete muy lejano de la tecnología que tienen las casas japonesas. No hay lavabo ni bidet", señaló el norteamericano, procediendo luego a medir el ancho del espacio: 90 centímetros: "Literalmente, puedo tocar la ventana y la pared con mis codos".
Como tiene una vista 360, si la veintena de persianas que tiene el apartamento no están hasta abajo, la privacidad se ve flanqueada desde varios lados: "Incluso si te sientas en la ducha, la gente te ve, es capaz de verte en el baño", manifestó.
El siguiente pasillo estaba destinado a la cocina y lavandería, con los electrodomésticos respectivos ya instalados. Justo al lado del lavaplatos hay una encimera eléctrica con panel touch que admite hasta dos ollas.
La distancia entre la ventana y la pared era un poco más amplia: 95 centímetros, así que aún podía tocar ambas con sus codos.
Un detalle no menor es la cantidad de enchufes. Nakamura contabilizó cinco en total y no le resultó fácil encontrarlos, ya que no estaban instalados en las paredes del departamento, sino en el suelo, "escondidos" bajo una tapa.
Por otro lado, "algo curioso para mí es que cada lado del departamento tiene ventanas que se pueden abrir completamente. No hay nada, solo una baranda para mantenerte adentro. ¿Qué tan seguro piensas que es?", comentó el hombre.
Cuando llegó el turno del espacio "más amplio" de la vivienda —el ancho era de 170 centímetros—, Norm no sabía si distinguirlo como el living o la habitación principal: "Estoy muy seguro que esta es el área en que instalas tu futón o tu cama japonesa. ¿Dónde te acostarías? Tampoco hay espacio para guardar la ropa. Incluso si colocaras tu futón, ¿dónde pondrías tu ropa o cualquier cosa? Es sorprendente que este lugar sea tan popular", declaró.
Después de terminar su recorrido, Nakamura concluyó: "Para algunos es una casa de ensueño, llena de infinitas posibilidades y emoción. Para los demás, una pesadilla absoluta".
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