Influencer católica iba a ser monja, pero conoció al amor de su vida por Internet y lo dejó todo
El año 2020 Agostina López, una joven argentina de 20 años, vivía un proceso que la ayudaría a definir su vocación religiosa y estaba entre inscribirse en un monasterio de España o desempeñarse como monja en su país natal.
A comienzos de ese año estuvo un mes en España y pese a que sentía el llamado de entregar su vida a Dios, en el recinto religioso le recomendaron reflexionar sobre su decisión en soledad, por lo que volvió a Argentina en marzo de ese año, justo antes de que se decretara la pandemia del coronavirus.
LO ÚLTIMOSe convirtió en una "influencer católica" y conoció al amor de su vida
El viaje al viejo continente la hizo volver inspirada y decidió comenzar a crear contenido religioso mediante redes sociales.
"Como a mí siempre me gustaron las redes y hablar frente a cámara, empecé a hacer videos en Instagram hablando de la vocación religiosa y derribando mitos porque tenía mucho que decir respecto a la Iglesia", explicó a TN.
Fue así como durante la pandemia, y ya convertida en una suerte de "influencer católica", lideró un evento religioso por Internet para rezar el rosario online.
La promoción para ese encuentro consistía en un video de ella que se viralizó en redes sociales, el cual llegó a Ezequiel, un joven argentino de 24 años que era catequista y filósofo.
"Mi tía me mandó el video y yo se lo reenvié a un amigo. 'Me caso', le dije. No con el peso que tiene, sino remarcando los valores que tiene y lo linda que es. No me acordaba la fecha ni de qué era, la chica me quedó grabada en la cabeza", confesó el joven.
Durante el evento virtual, Agostina tuvo varios problemas con la conexión a Internet e incluso, cuando finalizó el live, se le quedó el micrófono prendido. Horas después recibió un mensaje por Instagram, el cual venía de Ezequiel, quien tras conectarse al evento le preguntó "¿Cómo salieron las pizzas?".
"Juntarme a rezar el rosario virtual me parecía atrapante. Entré al vivo porque mi hermana me comentó y me encontré con esta chica que dirigía toda la situación increíble. La empecé a buscar en redes sociales y cuando la encontré sentí que me había enamorado. Me puse a ver todos sus videos, me atrajo inmediatamente al verla transmitir su fe tan naturalmente", contó Ezequiel.
"Lo que había encontrado en el monasterio lo encontré en él"
Pese a que Agostina no le dio mayor importancia al mensaje de las pizzas, días después subió una historia estudiando filosofía, ocasión en que él aprovechó de sacarle conversación. "Empezamos a hablar por WhatsApp de manera filosófica, profunda" recordó Ezequiel, y luego, fue la misma Agostina, quien le propuso que hicieran una videollamada para conocerse mejor.
"Volví de España con una espiritualidad muy grande y pensé que nunca más iba a poder vivir esa paz. Pero de repente conozco a este chico que lo veía bastante parecido a mí, pude conectar con él y lo que había encontrado en el monasterio lo encontré en él. Fue como descubrir un diamante en bruto", expresó ella.
Como él es filósofo y había vivido la fe desde pequeño, la conexión entre ambos se dio naturalmente. "Podíamos pasar horas hablando, pero, a la vez, le estaba dando una mala impresión porque yo me estaba preparando para abocarme a Dios y empecé a marcar distancia", contó quien tenía intenciones de convertirse en monja.
Debido a que ambos vivían en San Isidro, en el Gran Buenos Aires, tras varias conversaciones virtuales salieron a caminar y después empezaron a ir a misas clandestinas.
Agostina, luego, comenzó a sentirse en una disyuntiva, ya que continuaba con la idea de irse a España para ingresar al monasterio, pero además de verse frenada por las restricciones de movilidad por la pandemia, no quería perder el vínculo que tenía con Ezequiel.
"Era perder este vínculo, siendo que fue la única persona con la que pude abrir sobre el tema sin filtro", reconoció.
Por su parte, Ezequiel oraba para poder estar con ella. "Yo le rezaba a Dios y pensaba que si me dio la posibilidad de conocerla para terminar juntos, me bancaba lo difícil que se estaba haciendo todo", aseguró.
El sentimiento hacia la joven de parte del catequista fue creciendo con el pasar de las semanas y le lanzó una indirecta. "Me señaló el altar y me dijo 'imagínate cuando estemos ahí'", contó Agostina. Esa misma noche él la invitó a una cita, donde se besaron, dejando atrás la posibilidad de que ella se convirtiera en monja.
Fue así como en agosto de 2020 se convirtieron en novios y en febrero de 2023 contrajeron matrimonio, fruto del cual, en diciembre pasado, nació Fátima, su primera hija.
"Muchos creen que casarse y tener hijos jóvenes es perder la libertad, perder las piernas. Por eso, sentimos que nuestro proyecto de familia —ella con 24 años y yo con 27— en la juventud es contracultural, pero lo hacemos con mucha libertad y consciencia", señaló Ezequiel.
Por su parte, Agostina sinceró que "yo pensé que Dios me pedía entregarme completamente a la vocación y mírame ahora. Es muy prudente sentarse y pensar en el futuro".
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