Se divorció y ahora será compensada por dedicarse a las labores hogareñas: Le pagarán un millonario monto

Una mujer argentina solicitó en tribunales una compensación económica tras el término de su matrimonio, a través de un recurso de apelación que fue acogido por la Cámara Nacional de Apelaciones en lo Civil de Argentina.

Es así que la mujer deberá recibir una compensación luego de que el tribunal determinara que debió afrontar un “modelo tradicional” familiar, que terminó perjudicando las perspectivas que mantenía para su desarrollo personal y profesional.

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“Su calidad de vida descendió muchísimo producto de la separación”

Cuando tenía tan solo 20 años de edad, la mujer, cuyo nombre no fue revelado, contrajo matrimonio en 1979 con un contador, quien le exigió, entre otras cosas, que dejara su trabajo como vendedora para dedicarse únicamente a las labores del hogar, y posteriormente, al cuidado de los dos hijos que tuvieron en común.

Pese a que ella accedió a estas obligaciones, al hacerlo debió postergar sus estudios, pudiendo recién terminar la escuela secundaria cuando cumplió 40 años. 

En tanto, durante las décadas que estuvieron casados, su esposo logró conseguir importantes ganancias desarrollando su profesión.

Tras el divorcio, la mujer exigió en tribunales el pago de una compensación económica por parte de su marido, debido a apenas tiene dinero para solventar sus necesidades básicas.

En el fallo se señaló que “su calidad de vida descendió muchísimo producto de la separación, y que el demandado sigue gozando de un alto nivel de vida y disfrutando de bienes gananciales, pero que él, intencionalmente, los puso a nombre de terceros o de sociedades para no dividirlos conforme manda la ley”.

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La millonaria indemnización que recibirá la mujer

Por su parte, el exmarido demandado apuntó a una presunta caducidad de la compensación económica, según leyes trasandinas, así como que la mujer se encontraba viviendo en una de sus viviendas sin pagar arriendo, además, de que consideraba que ella estaba en condiciones de trabajar.

No obstante, el juez acogió la petición de la mujer y fijó un monto compensatorio de 2 millones de pesos argentinos (5.257.667 pesos chilenos aprox.), que podían ser pagados en hasta 10 cuotas, pese a que la demandante solicitó que el pago del monto dispuesto fuera realizado de modo íntegro.

En esa línea, en el fallo se dejó registrado que “se encuentra acreditado el trabajo no remunerado realizado por la mujer durante la unión, quien invirtió su tiempo en la atención del hogar y en el cuidado que demandaban el hijo y la hija común”.

Dichas tareas tienen valor económico, por lo que la circunstancia de que uno de los cónyuges se dedique exclusivamente a ellas, se traduce concomitantemente en un beneficio para el otro, (...) que, a su vez, le permiten desempeñar sus labores económicamente remuneradas fuera del hogar”, agregó.

Finalmente, la Cámara concluyó que “se ha verificado que, en virtud del matrimonio, quien solicitó la compensación ha sufrido aplazamientos y dificultades para su formación y desempeño profesional y que, de algún modo, postergó su crecimiento propio, dejando pasar oportunidades al dedicar su tiempo a la familia”.

Así, la evolución del devenir matrimonial permite observar que la unión ha sido la causa fuente del empobrecimiento económico de la cónyuge a costa del otro”, cerró.

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