¿Qué pasaría si la rotación de la Tierra aumentara su velocidad?
Aunque no nos demos cuenta, la Tierra rota a una velocidad aproximada de 1.670 kilómetros por hora. La fuerza de gravedad nos mantiene aterrizados y seguros en el piso, pero somos testigos inconscientes de esta velocidad al sentir el transcurso de las 24 horas que tiene un día.
Pero, ¿qué sucedería si nuestro planeta comenzara a rotar más rápido sobre su propio eje? ¿Cuáles serían los efectos en los humanos y el ecosistema? El impacto sería transversal, afectando hasta lo más impensado.
Si la Tierra rotase más rápido, ¿qué pasaría?
Si ya sientes que el día es corto y que con 24 horas no alcanzas a realizar todos tus planes, imagina si se acortara a 16 horas. Esta notoria disminución no solo afectaría tus horarios, sino que también desencadenaría otras graves secuelas.
A continuación, se muestran las principales consecuencias que tendría una eventual aceleración en la rotación de la Tierra, según Pedro de la Fuente, experto en geografía y climatología que divulga contenidos en la plataforma Meteored.
Periodos cortos de calentamiento
El especialista sostiene que un aceleramiento en la rotación haría que la superficie terrestre se enfríe más rápido durante las noches y que los periodos de calentamiento se acorten.
Ambos fenómenos provocarían una alteración en "los patrones de vientos, la formación de nubes y la distribución de las precipitaciones en diferentes regiones del mundo", agrega.
La actual sequía que aqueja a Chile —y otros países— sería más prolongada, o bien, tendríamos otros "eventos climáticos extremos".
Aumento de la actividad volcánica
De la Fuente indica que otra consecuencia está relacionada con "la distribución de las fuerzas de marea y en el movimiento de las placas tectónicas".
Además de un aumento en la actividad sísmica —la que en Chile ya es intensa con la frecuencia de temblores—, también se incrementaría la actividad volcánica en varias zonas del planeta.
Alteración en la fotosíntesis
Guardando las proporciones, las plantas se ajustan a las 24 horas del día de una manera similar a como lo hace el organismo humano, especialmente en los momentos de luz natural y oscuridad.
Si un día durase 16 horas, lo que más les perjudicaría sería el corto tiempo que tendrían para hacer fotosíntesis; vale decir, para transformar la energía lumínica en energía química y así liberar oxígeno. Sin fotosíntesis, disminuiría la flora comestible.
En cuanto a la fauna, "los animales que se basan en la luz diurna para cazar o reproducirse tendrían menos tiempo para realizar estas actividades vitales, lo que podría desequilibrar las cadenas alimenticias y afectar la supervivencia de diversas especies", comenta el especialista.
Los eventuales efectos en las personas
Trastornos en el sueño y cambios en los patrones alimenticios son algunos de los impactos que Eduardo de la Fuente menciona, pues el cuerpo humano tendría que acomodarse a las 16 horas que tendría un día.
Por último, algo no menor que considerar: "La construcción de edificios, puentes y otras estructuras debe tener en cuenta los efectos de la rotación de la Tierra. Si su velocidad se alterara, las estructuras existentes podrían sufrir daños y sería necesario implementar cambios en los diseños arquitectónicos y las normativas de construcción", concluye el comunicador.
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