Mujer que sufrió la muerte de su hija abre granja para ayudar a otros que han experimentado fallecimientos traumáticos

Joanne Cacciatore, una estadounidense de 57 años, sufrió la pérdida de su hija recién nacida en julio de 1994 en un hospital de Phoenix. Varios años después, en 2016, la mujer decidió abrir una granja de 12 acres con animales rescatados para ayudar a otros que sufren por las muertes de sus seres queridos.

El innovador santuario, al que llamó Selah Carefarm, se ubica en las afueras de Sedona (Arizona), y ha ayudado a miles de personas cuyas vidas se han visto trastocadas por una muerte traumática mediante una combinación de asesoramiento psicológico y actividades como jardinería, yoga y acariciar cabras, caballos y perros.

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"El duelo son emociones que nos han enseñado que son malas"

Joanne, ahora profesora de la Universidad Estatal de Arizona y madre de cinco hijos, divide su tiempo en la granja con la enseñanza y el trabajo de investigación.

La idea del refugio tomó forma en 2015, cuando rescató a un caballo y lo llevó a su propiedad. Poco después, una de sus clientes le pidió permiso para acercarse al animal y, cuando estuvo sola, lloró con él. Cuando incorporó más animales a su trabajo, cada vez más personas empezaron a pedir ayuda.

 

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"Cuando los dolientes lloran, los animales se acercan, se sientan a su lado y apoyan la cabeza en su regazo. Se convierte en una relación entre dos seres que han mirado a los ojos a la muerte y al sufrimiento y se ven el uno al otro", dijo a People.

Además, explicó que "el duelo se compone de un sinfín de pequeñas emociones que nos han enseñado que son malas: ira, desesperación, rabia, pena y confusión". 

"Si puedes permitirte sentir de verdad tu dolor, si puedes habitarlo plenamente, puedes ser transfigurado por su increíble energía. Es un regalo trágico que nos dejan (los muertos) si nos permitimos acceder a él", agregó. 

"Es posible sentir dolor, tristeza, angustia y pena y, al mismo tiempo, sentir alegría y plenitud. Esa es una de las grandes lecciones que me ha dado mi hija. Somos capaces de sentirlo todo a la vez, y cuando nos lo permitimos, ampliamos lo que somos", cerró. 

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