Joven madre gastó sus ahorros para hacerse una abdominoplastía y terminó con sus dedos amputados

"Fue probablemente uno de los peores días de mi vida", explicó Shannyn Palmer, de 35 años, quien en agosto de este año viajó desde Vancouver (Canadá) hasta México para someterse a una cirugía.

La joven madre de tres hijos tenía programada una abdominoplastía con reparación muscular, levantamiento de tórax y transferencia de grasa, todo por un total de 12.500 dólares (más de 11 millones de pesos chilenos), dinero que ahorró por años.

Shannyn confiaba en el doctor que la iba a tratar en una clínica mexicana. El especialista tenía buenas críticas y una certificación. No obstante, la intervención terminó de la peor manera para ella, puesto que, al despertarse de la anestesia, sintió un ardor en sus manos, informa New York Post.

¿A qué se debía el ardor en sus manos?

A partir de allí, la paciente se enteró que una de las enfermeras, al parecer, había calentado unas bolsas de solución salina para mantener sus manos calientes y así tomarle el pulso.

Sin embargo, la profesional no había verificado la temperatura de estas bolsas antes de colocarlas en las palmas de la afectada, razón por la cual terminó con quemaduras de segundo y tercer grado.

"Me pusieron un ungüento y me vendaron las manos. Las ampollas eran tan grandes que simplemente se reventaban y las drenaban todos los días", manifestó Shannyn.

 

La joven con sus dedos quemados / NY Post

 

La amputación de sus dedos

La paciente aclaró que permaneció cuatro días hospitalizada en México y luego fue derivada a Estados Unidos para una segunda opinión. De ahí en más, siguió un tratamiento especial y, mientras tanto, debía ser alimentada y bañada con ayuda de otras personas.

En ese momento, los doctores tuvieron que recurrir a la amputación de los dedos más afectados por las quemaduras: "Cuando me dijeron que tenían que amputarme, tuve un ataque de ansiedad", detalló.

"Me lo tomé bastante mal, ese fue probablemente uno de los peores días de mi vida. No creo que haya podido hacer nada para salvar mis dedos, el daño ya estaba hecho", expresó.

En tanto, las heridas fueron cerradas con injertos de piel de su muslo a fines de septiembre de este año, para posteriormente comenzar a sanar.

¿Qué ocurrió con la clínica mexicana donde se atendió?

En paralelo, la clínica mexicana en la cual se atendió Shannyn, en un comienzo, se resistió a asumir la culpa, aunque más tarde cedió y optó por pagar la factura de la terapia que siguió la joven en su país y la de la amputación.

"Nunca en un millón de años pensé que en un cambio de imagen terminaría perdiendo dedos", agregó la afectada.