Menor de edad muere tras bañarse en un lago e infectarse con una rara ameba "comecerebros"
- Por Vladimir Núñez
¿Qué pasó?
Un menor de edad murió tras ser infectado por una ameba Naegleria fowleri, popularmente conocida como ameba "comecerebros", a la que estuvo expuesto tras bañarse en las aguas del lago Mead en Nevada, Estados Unidos.
Muerte por ameba "comecerebros"
De acuerdo a información entregada por el Washington Post, el adolescente, del cual no se revelaron mayores antecedentes respecto a su identidad, visitó el área Kingman Wash del lago Mead el pasado 30 de septiembre, lugar en el que se infectó con la ameba.
Este se convirtió en el primer caso de ameba "comecerebros" registrado en el área, no obstante, si se considera la totalidad del territorio de Nevada, esta sería la segunda muerte producida por ese parásito en este estado, de acuerdo a los registros desarrollados por los Centros para el Control y Prevención de Enfermedades (CDC).
Al respecto, el Distrito Sur de Salud de Nevada, a través de un comunicado, confirmó que sus síntomas aparecieron "una semana después, aproximadamente", y que los primeros en manifestarse fueron fiebre, dolor de cabeza, náusea y vómitos.
En la misma línea, el director del organismo, Fermín Leguen, afirmó que "este tipo de infección es extremadamente raro, aunque sé que esto no alivia el dolor de los familiares y amigos (del joven) en este momento".
Pese a que el riesgo de infectarse con esta ameba es bajísimo, si el parásito ingresa al organismo es casi imposible sobrevivir, manteniendo una tasa de mortalidad del 97% de sus casos. Además, cabe recalcar que esta no es una enfermedad transmisible entre humanos.
Jennifer Sizemore, directora de comunicaciones del organismo mencionado, explicó al mismo medio que "la Naegleria fowleri prolifera en aguas cálidas y, aunque el riesgo de infección es bajo, los bañistas siempre deben ser conscientes del riesgo y tomar precauciones".
Finalmente, Sizemore aseguró que el área permanecerá abierta al público por decisión del parque, y que no hay necesidad de instalar señales de prevención.
"La localización y la cantidad de amebas en el agua puede variar con el tiempo en el mismo lago o río, lo que significa que poner señales puede crear confusión. Si no hay señalización, la gente pensará que no hay riesgo; si la hay, pensará que el riesgo se concentra solo donde está instalada", sentenció.
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