Solo por tener el mismo nombre: El drama del hombre que pasó 4 años preso por un crimen que no cometió

Sebastián Rodríguez fue condenado a 50 años de cárcel por la brutal agresión que recibió una sargento llamada Rocío Villarreal, luego de que una banda delictual irrumpiera el 30 de abril del 2018 en una comisaría en la localidad argentina de San Justo, provocando un tiroteo. A raíz de los disparos, la oficial quedó parapléjica y en silla de ruedas.

El episodio derivó en una exhaustiva investigación por parte de los uniformados. Si bien se logró detener a cuatro sospechosos, faltaba uno, identificado como Sebastián Rodríguez.

Un día, el supuesto "Seba", como también le llamaban, visitó una panadería. En ese preciso lugar, la policía lo interceptó y le preguntó cuál era su nombre y si acaso era de nacionalidad uruguaya, informa TN.

"Les caí como anillo al dedo"

A partir de allí, una frase emitida por uno de los oficiales lo dejó atónito: "Quédate tranqui. Tienes un 85% de posibilidades de irte, negrito. Te tiramos los antecedentes y si no hay pedido de captura te vas".

 

Rocío Villarreal, víctima del tiroteo / TN

 

Así fue como Rodríguez quedó detenido, provocando una confusión en el acusado, quien señaló que "ellos sabían bien a qué Rodríguez buscaba, pero les caí como anillo al dedo: tengo el mismo nombre y antecedentes penales".

¿Qué ocurrió finalmente?

En un comienzo, la situación parecía irreversible para Rodríguez. Sin embargo, tras las acusaciones en su contra, y después de cuatro años, una testigo, que reservó su identidad, otorgó información sobre el verdadero delincuente.

Además, dos de los condenados revelaron que en verdad Rodríguez era inocente y que no merecía estar en el mismo lugar que ellos, lo que terminó por esclarecer el hecho.

 

El hombre inocente / TN

 

Por último, recién este jueves, la Sala I de Casación de la provincia de Buenos Aires optó por absolver a Rodríguez por "insuficiencia probatoria", por lo que fue dejado en libertad.

El hombre pudo reunirse con su familia, que lo estaba esperando, y también logró ver a su nieto, a quien, por estar preso, no tuvo la oportunidad de conocer.

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