Fue al médico tras un "dolor de muelas agonizante" y terminó recibiendo un devastador diagnóstico

Katie Washbourne, de 35 años, llevaba meses soportando un fuerte dolor de muelas, por lo que optó por ir al dentista para que le sacaran el diente. Sin embargo, el equipo de hematología del hospital que la atendió la llamó después de someterse al procedimiento para entregarle un devastador diagnóstico.

Al principio, la mujer, que además es madre, se mostró confundida por la llamada, aunque más tarde descubrió la verdad por parte de una enfermera, que le confirmó que tenía linfoma no Hodgkin, un tipo de cáncer que se desarrolla en el sistema linfático, informa Birmingham Mail.

La noticia la recibió tras el "dolor de muelas agonizante" que tuvo, puesto que más tarde descubrió un bulto en uno de sus senos. Además, presentó un "dolor severo y debilitante" en su rostro, pero para ese entonces los doctores aún no conocían su diagnóstico.

El estado de salud de Katie llegó a deteriorarse al punto de que su marido, Richard, debió salir de su trabajo para ir a buscarla a la carretera, ya que tuvo una especie de descompensación cuando conducía. De ahí en más todo empeoró, hasta que finalmente le diagnosticaron el mencionado cáncer.

"No he perdido el impulso para seguir luchando"

La paciente, que vive en Birmingham, Inglaterra, comentó la dramática experiencia que le ha tocado vivir y señaló que "perdí la sensibilidad en los dedos, perdí el cabello, perdí la capacidad de comer alimentos sólidos y muchas veces pierdo el hilo de mis pensamientos".

Pese a aquello, se mostró con una actitud positiva debido al apoyo que ha recibido por parte de sus seres queridos: "No he perdido la capacidad y el impulso para seguir luchando para vencer esta enfermedad".

 

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"Como algunos de los médicos que me salvaron la vida son de Solihull, me ha parecido bastante surrealista que la comunidad ahora me esté apoyando en todos los sentidos en la pelea más grande de mi vida hasta ahora", manifestó.

El apoyo de su pequeña hija

El impactante diagnóstico llevó a Katie, quien ahora sigue un exhaustivo tratamiento, a pasar por episodios que jamás pensó que viviría, como por ejemplo, llegar a raparse. No obstante, su hija, Elsie, ha sido un pilar fundamental, tanto así que ella misma optó por tomar una tijera para ayudarle a cortarse el cabello.

 

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"Decidimos tomar el control de uno de los cambios más grandes y permití que Elsie se divirtiera jugando a la peluquera y luego afeitándome la cabeza. Durante ese tiempo, Elsie dijo: 'Cuando la vida te da limones, haz limonada'", expresó.

 

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En cuanto a la situación de Katie, su círculo cercano creó una cuenta en GoFundMe para ayudarla con fondos para costear los gastos de su tratamiento.

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