"El mandamiento 'no matarás' es incondicional": Sacerdotes rusos temen penas de cárcel si condenan invasión en Ucrania

  • Por Meganoticias / AFP

¿Qué pasó?

Algunos sacerdotes ortodoxos rusos se han pronunciado contra la operación militar en Ucrania, a pesar de temer por las fuertes represalias que esto podría tener en sus personas.

Sacerdotes contra la guerra

Desde que Rusia lanzó su operación en Ucrania el 24 de febrero, solo algunos sacerdotes de la Iglesia Ortodoxa Rusa se han pronunciado abiertamente contra la campaña del Kremlin.

Uno de los religiosos que hace pública su postura contra el conflicto es Georgy Edelshtein, quien asegura que durante su sermón le "gustaría ver a uno o dos de mis adversarios sentados aquí".

"Temo ser un mal sacerdote. No he estado contra todas las guerras, pero siempre he estado en contra de una guerra agresiva de acaparamiento de tierras", contó el religioso.

Agregó que "Ucrania es un estado independiente, que hagan lo que quieran".

Cabe recordar que la Iglesia Ortodoxa Rusa tiene unos 150 millones de fieles en todo el mundo y está encabezada por el patriarca de Moscú, Kirill, quien ha dado una serie de sermones belicosos en los que llama a los rusos a "unirse" a las autoridades para ayudar a vencer los "enemigos" de la unidad histórica entre Rusia y Ucrania.

Desde que asumió como jefe de la iglesia en 2009, Kirill ha estrechado la relación con el gobierno del presidente Vladimir Putin, respaldando valores conservadores.

"Sangre en sus manos"

El 25 de febrero, un día después del inicio de la operación militar, Edelshtein firmó una carta escrita por su amigo sacerdote Ioann Burdin, subida en el sitio web de su parroquia en la aldea de Karabanovo, en la región de Kostromá.

"La sangre de los ucranianos permanecerá en las manos no solo de los gobernantes de Rusia y los soldados que ejecutan sus órdenes. Su sangre estará en las manos de cada uno de nosotros que aprueba esta guerra o simplemente callamos", señaló la carta, posteriormente borrada.

Pero las protestas no se quedaron allí, ya que el 6 de marzo predicó sobre el costo humano de la guerra. Siendo ese mismo día convocado para ser interrogado por investigadores rusos.

Asimismo, el 10 de marzo se le ordenó pagar una multa de 35.000 rublos (aproximadamente 418.189 pesos chilenos) por "desacreditar" a las fuerzas armadas, castigable con hasta tres años de prisión en caso de reincidir.

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