Mujer revela cómo fue la "odisea" para salir de China con su hija de 8 años
- Por Meganoticias
En diciembre del año pasado se registraron los primeros casos de coronavirus, una enfermedad que se ha propagado en distintas ciudades de China y en otros países del mundo. Esto ha generado preocupación en las autoridades asiáticas, quienes confirmaron que todo se había originado en el mercado de Wuhan, donde venden más de 100 especies de animales vivos y muertos.
Tras este problema de salud, Wuhan quedó en cuarentena por lo que sus aeropuertos y terminales quedaron cerrados hasta nuevo aviso. Un tema preocupante para Priscilla Dickey, norteamericana de 35 años, que estaba en esa ciudad junto a su hija de 8 años.
La odisea de Dickey y su hija
Según información de Time, desde hace algunos años Priscilla y su hija Hermione viven en China, pero ambas son norteamericanas. En cuanto se conoció la noticia del coronavirus y lo rápido que se estaba propagando, se mantuvieron encerradas en su casa para resguardarse ante un posible contagio.
La mayor preocupación de Dickey era que su pequeña de 8 años fuera vulnerable a los virus y enfermedades que estaban en la ciudad, por lo que de inmediato se contactó con la embajada de EE.UU, quienes estaban habilitando aviones para norteamericanos que estuvieran en el país asiático.
Pasaron algunos días y cuando las esperanzas de Priscilla estaban decayendo, recibió una respuesta de las autoridades de sus país: Ella y su hija tenían asientos apartados para ir a Estados Unidos.
El solo hecho de salir de la casa, era un tema de preocupación para Dickey “¿cómo salir sin exponerse?”, “¿cómo mantenerse alejada de la enfermedad?”, “¿cómo evitar que la niña no se enferme?”. Miles de incógnitas que fue resolviendo con el paso de las horas.
Adiós Wuhan
Dickey se dio cuenta que tomar el avión a su país era la mejor opción para resguardar a su hija. Empacó en una bolsa tres camisas y un par de pantalones para ambas, y no pudo dormir creando una estrategia para llegar al aeropuerto, durante el cierre de transporte en la ciudad.
Amaneció y Priscilla salió con su hija para tomar el vuelo. Según reveló, la ola de emoción la invadía a medida que se alejaba de su casa. "Me sentía culpable. Tenía emoción, culpa, estrés, todo", dijo.
Aunque al llegar al aeropuerto no estaba segura de poder o no tomar el avión por las restricciones sanitarias del país, sí lo logró. Subir las escaleras del transporte aéreo que las mantendría a salvo a ella y a su hija, fue una gran felicidad para Priscilla.
Tras su llegada a Estados Unidos, Dickey planea estar en Cincinnati, después de una cuarentena de 3 a 14 días, donde se determinará si fue o no contagiada con la enfermedad.
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