Trump y el Papa entregan apoyo a padres del niño de 10 meses que deberá ser desconectado en Reino Unido

  • Por María Ignacia Pentz

Siguen las muestras de apoyo a Chris Gard y Connie Yates, los padres de Charlie Gard, la guagua de 10 meses que padece de una enfermedad rara en etapa terminal: síndrome de agotamiento del ADN mitocondrial. Un caso que ha generado controversia en Reino Unido debido a que la justicia británica ordenó que fuera desconectado de las máquinas que lo mantienen con vida, luego de que así lo determinaran los médicos. 

Este domingo, a través de un comunicado, el Vaticano dijo que el Papa Francisco pidió que se permita a los padres del menor "acompañarle y tratarle hasta el final". 

"El Santo Padre sigue con afecto y emoción el asunto del pequeño Charlie Gard y manifiesta su cercanía a sus padres (...). Reza por ellos, esperando que no se olvide su deseo de acompañar y tratar hasta el final a su bebé", señalaba. 

Y este lunes, el presidente estadounidense Donald Trump se alineó con el sumo pontífice y publicó un mensaje a través de Twitter diciendo: "Si podemos ayudar al pequeño #CharlieGard, como nuestros amigos en Gran Bretaña y el Papa, estaremos felices de hacerlo". 

LUCHA DE LOS PADRES 

La semana pasada, Gard y Yates perdieron su apelación frente a la Corte Europea de Derechos Humanos, en su batalla por llevar a su hijo a Estados Unidos para someterlo a un tratamiento experimental de derivación de neucleósidos.

 

Para esto, habían comenzado una campaña para juntar fondos, a través de la que ya habían recaudado más de un millón y medio de libras esterlinas. 

Por su parte, los médicos del Hospital Great Ormond Street, donde está hospitalizado, aseguran que el menor no tiene ninguna posibilidad de vivir y quieren darte una muerte digna. 

Según los plazos que dio la justicia, el pequeño iba a ser desconectado el viernes, pero finalmente el centro hospitalario accedió a darles un poco más de tiempo con su hijo

El jueves, en un video publicado en Facebook, el padre decía que quería llevarlo a casa, pero no se lo permitían. "Él lucharía hasta el final, pero no se nos permite luchar por él nunca más (...). Ni siquiera podemos tener nuestro propio hijo a casa a morir", declaró Gard. 

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