Huyó de Cuba, trabajó como guardia y se quedó con la plata olímpica: La sacrificada historia del chileno Yasmani Acosta
- Por Nicolás Díaz
¿Qué pasó?
Este martes Yasmani Acosta (36) hizo historia al convertirse en el primer chileno en competir en la final de la lucha grecorromana (130 kg) en unos Juegos Olímpicos.
El nacido en Cuba se quedó con la medalla de plata de París 2024, cumpliendo uno de sus mayores sueños. Uno que logró con grandes sacrificios personales tras desertar en 2015 al equipo cubano luego de su participación en el Campeonato Panamericano en Santiago.
LO ÚLTIMOLa historia de Yasmani Acosta
Yasmani Acosta nació en la localidad cubana de Agramonte el 16 de julio de 1988. Desde pequeño en su pueblo era conocido como "Hulk", ya que con tan solo 9 años parecía un adolescente de 15. A los 10 años inició su carrera en la lucha grecorromana. Pese a la oposición inicial de su madre, Yasmani quería ser una estrella y se probó como tal al ganar varias medallas en distintas competiciones.
De acuerdo a La Tercera, Acosta fue llamado a la selección adulta de Cuba con tan solo 16 años, en donde conocería a quien este martes será su rival en la final olímpica: Mijaín López, el múltiple campeón mundial y olímpico de la categoría.
López, siete años mayor que Acosta, ya en esos años se perfilaba como una leyenda y nadie quería acompañarlo en sus duros entrenamientos. Sin embargo, Yasmani dio un paso al frente y en su primer día logró derrotarlo con un "sacrificio".
Acosta nunca más ha vuelto a derrotar a López, luego de que este le prometiera que nunca más "lo pillaría desprevenido". Así, la carrera de Yasmani en Cuba estuvo siempre a la sombra de López, ya que la debacle económica del régimen cubano permitía apostar por solo un luchador de categoría, pese a las cualidades innegables del ahora luchador chileno.
Al ser el "N° 2" del equipo, Yasmani debía participar en los campeonatos continentales o regionales para lograr cupos en las grandes citas deportivas que luego usaría Mijaín. Fue así como en el Panamericano de Lucha de Santiago en 2015, Yasmani logró un bronce que entregó un cupo a su país para los Juegos Panamericanos de Toronto de ese mismo año.
El largo camino de Yasmani para representar a Chile
Desde hace un tiempo, Yasmani tenía pensado cómo seguiría su camino deportivo y tras la competición, el hasta entonces luchador cubano se escapó de su hotel y desertó de su país. Sin documentos, se subió a una camioneta y arrendó una pieza en un motel capitalino en donde el miedo a que lo encontraran o lo que podía pasarle a su madre lo mantuvo despierto toda la noche.
Con sus logros deportivos, Yasmani pensó que el trámite para competir por Chile sería algo rápido, sin embargo, Acosta tuvo que esperar hasta el año 2018 para que el país le entregara la nacionalidad por gracia. Nunca antes un desertor cubano, menos un deportista de élite, había recibido este reconocimiento.
Pero el camino para llegar hasta eso fue duro. Durante dos años Yasmani no entrenó y se mantuvo trabajando como guardia de eventos para "Seguridad Olímpica", la empresa que mantiene a varios de los luchadores chilenos. En la calle, muchas veces le ofrecieron convertirse en "stripper", algo que nunca aceptó.
Al no ser "liberado" ante la Federación Internacional por Cuba y el nulo avance de la nacionalidad por gracia, Yasmani no podía competir por Chile y se planteó incluso viajar a Estados Unidos, en donde los entendidos dicen que hubiera sido nacionalizado rápidamente y sin tantos cuestionamientos.
Pero todos estos sacrificios dieron resultados. Yasmani ha entregado diversos galardones para Chile, siendo cuarto en los Juegos Olímpicos de Tokio 2020 y hoy le entregó al país una histórica medalla de plata tras caer ante su amigo, mentor y némesis Mijaín López.
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