¿Qué es la resistencia a los antimicrobianos y cuáles son los riesgos para la salud pública?

Recientemente, la Organización Mundial de la Salud (OMS) conmemoró la Semana de Concientización sobre la Resistencia a los Antimicrobianos con el fin de educar a las personas para evitar la aparición y propagación de infecciones resistentes a este tipo de medicamentos.

Según el citado organismo internacional, la resistencia a los antimicrobianos “se produce cuando bacterias, virus, hongos y parásitos cambian a lo largo del tiempo y dejan de responder a los medicamentos, lo que dificulta el tratamiento de infecciones y aumenta el riesgo de propagación de enfermedades graves y muerte”.

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Al respecto, la docente del Departamento de Microbiología de la UTalca, Olga Lobos Gilabert, explicó que “en términos generales, un antimicrobiano es un agente que se utiliza para el control de microorganismos (hongos, virus o parásitos), ya sea para eliminarlos o inhibir su desarrollo”.

La académica agregó que, es importante aclarar que los fármacos utilizados como antimicrobianos, deben entenderse y utilizarse solamente para lo indicado por profesionales de la salud: "Los antibióticos ejercen su rol, exclusivamente, contra bacterias; los antimicóticos, actúan en contra de los hongos; los antivirales, contra los virus; y los antiparasitarios, actúan contra los parásitos".

Asimismo, detalló que la resistencia a los antimicrobianos "es un proceso que ocurre cuando los microorganismos son capaces de sobrevivir y adaptarse a la acción de compuestos o agentes que, normalmente, pueden controlarlos, ya sea eliminándolos o evitando su proliferación".

Esto pasa porque los microorganismos -dijo Lobos- a lo largo del tiempo, "van adquiriendo propiedades que les permiten sobrevivir en entornos adversos. Cuando esto ocurre, los antimicrobianos ya no ejercen su efecto de control y, por lo tanto, los microorganismos se vuelven ‘resistentes’. Con esto, los fármacos usados como medicamentos para el tratamiento de infecciones dejan de producir su efecto y, por lo tanto, empieza a surgir un riesgo mayor en cuanto a que las enfermedades infecciosas se propaguen".

Consecuencias

La docente precisó que, como consecuencia de la resistencia a antimicrobianos, "las infecciones son cada vez más difíciles o imposibles de tratar, debido a la inefectividad de los mismos fármacos. Así, también se puede hacer complejo el tratamiento de infecciones que son frecuentes".

Otra consecuencia es la "propagación de microorganismos patógenos que son resistentes y el surgimiento de nuevos microorganismos resistentes, lo que hace cada vez más complejo el tratamiento de las enfermedades infecciosas. Ejemplo de ello es que, actualmente, en el mundo han aparecido y se han diseminado bacterias multirresistentes y panresistentes o súperbacterias, capaces de producir infecciones que no pueden tratarse con antibióticos de uso regular. Esto puede significar que los antibióticos efectivos para los tratamientos están desapareciendo".

Por otro lado, señaló que la OMS ha declarado que al año 2050 alrededor de 10 millones de personas podrían haber muerto producto de la resistencia antimicrobiana y que ésta es una de las 10 principales amenazas de salud pública a las que se enfrenta la humanidad.

Prevención

Lobos indicó que, para prevenir la aparición de microorganismos resistentes, se deben tomar medidas como, en el caso de médicos y personal de salud, antes de indicar un antibiótico, antiviral, antimicótico o antiparasitario, verificar que el microorganismo sea sensible al fármaco recomendado. Además, debe recetar un fármaco antimicrobiano cuando sea estrictamente necesario.

Utilizar vacunas para prevenir las enfermedades infecciosas y su propagación, así como seguir rigurosamente normas de higiene y de prevención de contagio.

En el caso de estar llevando algún tratamiento con fármacos antimicrobianos, sean estos antibióticos, antimicóticos, antivirales o antiparasitarios, completar siempre el tratamiento, no dejarlo inconcluso porque esto puede propiciar el surgimiento de bacterias resistentes.

Cuando los pacientes son animales, se deben tener las mismas consideraciones anteriores. Usar inapropiadamente antibióticos en la crianza de ganado, en la piscicultura o en el desarrollo de cultivos vegetales, puede incrementar la posibilidad de generación de resistencia a los antimicrobianos.