¿Cómo cambia la vida sexual con la llegada de los hijos y cómo enfrentarlo?

La llegada de los hijos puede influir en la vida sexual de la pareja, debido a que se producen múltiples cambios en todas las áreas de la vida. Por una parte, las prioridades se van modificando, ya que el foco está centrado en ellos, en adaptarse a sus horas de sueño, actividades y necesidades, teniendo que compatibilizar y acomodar el tiempo de los padres a sus demandas.

Mientras que la privacidad también se ve afectada, pues son muchas las parejas que duermen con sus hijos en la pieza e incluso en la misma cama. “Esto afecta directamente en la sexualidad, ya que los encuentros suelen ser rápidos, no dedicando el tiempo suficiente para que se generen todos los cambios que se producen en la respuesta sexual, generando muchas veces falta de lubricación, dolor en las relaciones, disminución en la experiencia placentera o en la frecuencia de experimentar satisfacción u orgasmo”, explica Odette Freundlich, kinesióloga especialista en sexualidad.

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Por otro lado, los cambios corporales que se generan con el embarazo y el parto a menudo producen en las mujeres una disminución de la autoestima e insatisfacción con el nuevo esquema corporal, lo cual conlleva a no querer exponerse en frente de su pareja. Mientras que algunos hombres, experimentan la eyaculación precoz, pues se acostumbran a apurar el proceso para “aprovechar” el poco tiempo de intimidad que tienen.

Asimismo, el cansancio generado por la falta de sueño, las ocupaciones de la casa y la familia producen en la mayoría de los casos, que la sexualidad quede rezagada a un segundo plano.

Recomendaciones para reestablecer la vida sexual

La directora del Centro Miintimidad y autora del libro El secreto peor guardado, Odette Freundlich, entrega algunos consejos para poder compatibilizar la vida de pareja y así tener una salud sexual satisfactoria:

1-Programar los encuentros íntimos: Fijar un día y hora para estar en pareja sin hijos, de esta manera, poder dedicarlo a disfrutar sin distracción y en plenitud.

2-Aprender a cerrar la puerta del dormitorio: Así como también explicarles a los hijos que los padres están disfrutando de un momento de privacidad entre ellos.

3-No pretender que la vida sexual sea como era antes de la llegada de los hijos: Entender que los cambios que se han producido son parte de un proceso. A su vez disfrutar de la calidad en vez de cantidad de encuentros.

4-Repartirse las labores a todo nivel: Para generar empatía, cooperación, espacios de intimidad y privacidad con uno/a mismo/a.

5-Comunicación: Conversar y expresar los sentimientos, aprender a escuchar y animarse a pedir ayuda. Éstas son las bases de una relación empática y consolidada.

Finalmente, Odette Freundlich afirma que sí se puede tener una vida sexual feliz y placentera cuando hay hijos, entendiendo los cambios, empatizando con tu pareja y comunicándose en forma asertiva.