¿Comes con mucha sal? Este test casero te ayudará a saber qué tan resistente eres a su sabor
La sal es un ingrediente clave para que las comidas se vuelvan más sabrosas, pero el exceso de esta podría acarrear problemas a la salud.
Según informan desde la Organización Panamericana de Salud (OPS), el exceso de sal en la dieta sería la causa del 30% de los casos de hipertensión.
La sal no solo eleva la presión arterial, también ha sido vinculada con enfermedades cardiovasculares, cáncer de estómago, mayores problemas por asma, osteoporosis y cálculos renales, entre otros, informan desde la OPS.
¿Cuánta sal debería comer?
Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), al día no se debería consumir más de 5 gramos de sal, pero la misma institución asegura que esta recomendación suele ser superada con creces en la realidad.
Si bien, la sugerencia universal indica disminuir la cantidad de sal que se consume al día, esta parece ser muy difícil de seguir porque inmediatamente altera los deliciosos sabores de la comida.
Uno de los problemas que se han identificado, es que la sal no solo se encuentra en más alimentos de los que pensamos, sino que también se puede desarrollar una tolerancia a su sabor. Esto hará que, con el tiempo, requieras de más sal para que un alimento tenga el gusto correcto o ideal.
"Consumir alimentos con alto contenido en sal durante un largo periodo de tiempo puede insensibilizar la sensibilidad de tus papilas gustativas", comentó en CNA la dietista Natalie Yeo, de la Fundación del Corazón de Singapur.
¿Cómo puedo saber si soy resistente al sabor de la sal?
Según explicó al medio asiático la dietista clínica y deportiva Jaclyn Reutens, existe un experimento con el que puedes probar los niveles de resistencia que has desarrollado al gusto de la sal.
Esta prueba se puede hacer en casa, pero la experta advierte que los resultados no son definitivos, sino que son aproximaciones que te podrían ayudar en el camino a disminuir las cantidades de sodio en tu dieta.
Para seguir el experimento debes:
- Medir 90 ml de agua destilada y añadir 10 gramos de sal hasta que esté bien disuelta. Con esto crearás una solución salina del 10%.
- Enjuaga tu boca con agua limpia y seca tu lengua con una toalla de papel.
- Sumerge un cotonito en la solución salina y luego arrástralo por diferentes partes de la lengua y registra con qué intensidad sientes el sabor de la sal.
- Luego debes separar 10 ml de tu solución salina y diluirla con 90 ml más de agua destilada. Esto resultará en una concentración del 1% de sal.
- Repte los pasos 2 y 3 y evalúa si es que aún sientes el sabor salado.
La idea es ir disminuyendo la concentración de sal progresivamente, hasta que ya no sientas su sabor. De esta manera, tendrás una idea aproximada de qué tanta sensibilidad han perdido tus papilas gustativas.
Como no existen parámetros establecidos que determinen en qué punto desarrollaste resistencia a la sal, este ejercicio es ideal de practicar con más personas.
Puede ser una actividad de toda la familia, para así conocer quién tiene más o menor sensibilidad al sabor de la sal.
Esta sensibilidad podría hacer más sencillo o difícil el camino a la reducción de sodio en la dieta, pero no por eso será menos beneficioso.
Este artículo está diseñado para informar y no pretende dar consejos o soluciones médicas.
Consulte siempre a su doctor o especialista si tiene dudas sobre su salud o antes de iniciar un tratamiento.
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