¿Piensas dejar de fumar? Así cambia tu cuerpo cuando abandonas el cigarro

Para muchos, dejar de fumar es un objetivo deseado, pero un logro muy difícil. Cuando dejas el cigarro, rompes el ciclo de adicción y tu cerebro deja de "pedir" nicotina para funcionar, por lo que es fácil recaer.

Pero dejar el cigarro es una recomendación que podría mejorar exponencialmente la salud.

Quienes son fumadores, tienen más riesgo de padecer diferentes tipos de cáncer, enfermedades en los pulmones o en el corazón, diabetes, accidentes cerebrovasculares o incluso ciertas condiciones autoinmunes, según explican desde el Centro de Control y Prevención de Enfermedades en Estados Unidos (CDC, por sus siglas en inglés).

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Si bien, el cuerpo puede tardar en mejorar, los efectos de dejar el cigarro se sienten en el organismo incluso cuando han pasado un par de horas. 

Conoce cuáles son los cambios que vive el organismo en diferentes puntos de tiempo desde que se deja de fumar.

¿Cómo cambia el cuerpo al dejar de fumar?

 

 

El cuerpo tiene una rápida capacidad de recuperación, y luego de exponerlo al cigarro busca retornar a la normalidad. Por eso, solo una hora después de fumar comienza a bajar la presión y mejora tu circulación, explican desde el portal especializado Medical News Today.

Cuando alcanzas la meta de las 12 horas, el cuerpo comienza a limpiar el exceso de monóxido de carbono que entró a tus pulmones y torrente sanguíneo, luego de inhalar altas dosis en un corto período de tiempo.

Después de un día

 

 

Con un día, ya disminuyen las posibilidades de sufrir un ataque al corazón. Esto porque el cigarro sube mucho la presión y te pone en riesgo de tener un coágulo.

Por eso con 24 horas se estabilizan estos números y aumentan los niveles de oxígeno.

Después de tres días

 

 

En este punto el organismo elimina por completo la nicotina adquirida por el cigarro. Según detallan en el sitio especializado, esta característica produce que sea el periodo más desafiante y durante el que se puede sentir mayor urgencia por fumar.

Adicionalmente, en WebMd explican que con el transcurso de tres días sin fumar comienzan a desinflamarse los tubos bronquiales de los pulmones, mejorando también la capacidad respiratoria de las personas. 

Después de un mes

Paulatinamente, tus pulmones van recuperándose y mejoran su capacidad. Puede que empieces a notar que ya no se te entrecorta tanto el aire como antes, o tienes menos de esa tos tan característica de los fumadores.

Si haces ejercicio, podrías sentir mejoras en tu resistencia y especialmente cuando realices actividad de cardio.

 

 

 

9 meses 

A los 9 meses, los pulmones están mucho más sanos y se comienzan a recuperar las estructuras destruidas por el cigarro, como los cilios. Estos pequeños filamentos son los encargados de mover las secreciones del órgano, para así impedir infecciones.

Según el portal Medical News Today, gracias a esta reparación, los exfumadores también podrían notar que ya no se enferman ni padecen infecciones pulmonares tan seguidas como pueden haber tenido previamente.

Después de un año

Cuando alcanzas esta meta, las probabilidades de que mueras por una enfermedad coronaria disminuyen a la mitad, si es que lo comparas al periodo en que más fumabas.

Después de 5 años

En esta marca de tiempo, tus arterias y vasos sanguíneos ya están más sanos, por lo que se comienzan a ensanchar. Esto permite que circule mucho mejor la sangre y evita que se tapen y que se sufran emergencias cardiacas como un infarto o un derrame cerebral.

10 años

 

 

En este periodo se podrían notar, estadísticamente, las mejoras en cuanto a las posibilidades de tener cáncer.

"Las probabilidades de que una persona desarrolle cáncer de pulmón y muera por esta causa se reducen aproximadamente a la mitad, en comparación con las de alguien que sigue fumando", escriben desde Medical News Today.

15 años

A los 15 años, alcanzaste la misma probabilidad de sufrir un problema coronario y cáncer en el páncreas que una persona que no fuma.

20 años

Si pasas 20 años o más sin cigarros, las probabilidades de morir por cáncer de pulmón u otras enfermedades asociadas a este hábito, decaen al mismo porcentaje que el de una persona que jamás ha probado un cigarro.

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