Para mantenerla fresca y evitar malos olores: Esta es la forma correcta de guardar una cebolla partida
Una cebolla entera para una preparación culinaria puede ser demasiado, así que lo mejor es partirla en dos y ocupar solo una parte en nuestras comidas. Pero, ¿qué hacemos con la otra mitad y cómo evitar el característico olor de este ingrediente?
La idea es mantenerla fresca para utilizarla pronto en otro plato, pero pocas personas saben cuáles son las mejores técnicas para ello, pese a que son sencillas de recordar y aplicar.
¿Cuál es la mejor forma de guardar una cebolla partida?
Caroline West Passerrello es académica de la Universidad de Pittsburgh, Estados Unidos, y vocera de la Academia de Nutrición y Dietética. Para Yahoo! Life, la experta afirmó que la mejor manera de guardar una cebolla y mantenerla fresca es envolviéndola en plástico o en bolsas de plástico—que se puedan resellar— y luego guardarlas en el refrigerador.
También sirven los recipientes o tapper que deben ser herméticos, de modo que el olor de la cebolla —desagradable para una mayoría— no emane y así no se distribuya por el hogar.
Un aspecto importante a considerar es que si se elige una envoltura de plástico, "guarde la mitad de la cebolla con el lado cortado hacia abajo para una mayor protección", se recomienda en el artículo citado.
Según la especialista, la mitad de una cebolla bien almacenada dura entre cinco y siete días. Si permanece guardada durante mayor periodo en el refrigerador, es probable que adquiera un sabor intenso y amargo. En ese caso, es mejor cortarlas y precocinarlas antes de servirlas crudas.
¿Cómo prolongar la utilidad de una cebolla partida?
Para West Passerrello, la mejor técnica para preservar la mitad de una cebolla es "dejar su piel exterior seca como una capa protectora adicional para mantener la humedad y el olor dentro de la cebolla".
Otro método, que también aplica para diferentes alimentos y comidas, es congelar la cebolla partida en el refrigerador, aunque previamente se debe picar y depositarla en un recipiente.
Eso sí, para la docente, el congelamiento es más idóneo cuando la cebolla está incluida en preparaciones cocidas —pasteles de verduras, carnes o caldos, por ejemplo—, dado que el frío puede hacer que la textura de este ingrediente se deteriore.
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