¿Te dijeron que tienes hipertensión? Estos son los tipos de alimentos que deberías evitar
La hipertensión es el principal factor de riesgo para enfermedades y urgencias cardiovasculares que pueden ser de alta gravedad, como las trombosis o aneurismas.
Tener la presión alta significa que la sangre que corre por las venas ejerce una mayor fuerza sobre las paredes de los conductos, causando daño a largo plazo.
Si bien, son varios los factores que determinan si una persona tiene hipertensión, como la cantidad de ejercicio físico que se hace, la alimentación también es fundamental para estos pacientes.
Revisa cuáles son los alimentos que deberían ser evitados por las personas con hipertensión.
¿Qué no puedo comer si tengo hipertensión?
Más que eliminar alimentos, las recomendaciones de los expertos sugieren, principalmente, disminuir la cantidad de sal que se consume diariamente.
"El elevado consumo de sodio (5 gramos de sal por día) y la absorción insuficiente de potasio (menos de 3,5 gramos por día) contribuyen a la hipertensión arterial y aumentan el riesgo de cardiopatía y accidente cerebrovascular", explican desde la Organización Mundial de la Salud (OMS).
Es que mientras el sodio eleva la presión sanguínea, el potasio es un eficiente electrolito que puede ayudar a regular el indicador.
Es por esto que los alimentos que deben evitar son los ricos en sal. Esto significa que se debe cocinar con menor sal y disminuir su uso en la mesa.
Además, hay otros productos altamente procesados y que forman parte de la dieta regular de la mayoría que esconden grandes concentraciones de sal que se deben evitar.
Se trata de productos como:
- Embutidos.
- Quesos.
- Conservas de carne y pescado.
- Pan, galletas y bollería.
- Mariscos.
- Snacks, frutos secos salados, papitas.
- Comida rápida, pizzas o hamburguesas.
El mejor camino para poder regular la hipertensión es poniendo atención a lo que se come, la cantidad de sodio en cada producto y ojalá preferir aquellos que contengan entre 0,5 y 500 mg de sodio por cada 100 gramos de alimento.
Además, estos esfuerzos se pueden complementar con otro tipo de hábitos saludables, como el ejercicio físico regular.
Este artículo está diseñado para informar y no pretende dar consejos o soluciones médicas.
Consulte siempre a su doctor o especialista si tiene dudas sobre su salud o antes de iniciar un tratamiento.
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