Terapia hormonal podría solucionar el bajo deseo sexual en hombres, según nueva investigación

Un nuevo estudio obtuvo resultados que abren una puerta de tratamiento para los hombres que sufren de pérdida del deseo sexual. Este trabajo sugiere que una terapia hormonal podría regular el desorden cerebral que padecerían los pacientes.

Se trata de hombres diagnosticados con trastorno del deseo sexual hipoactivo (TDSH), una disfunción con la que tanto hombres como mujeres pueden perder su interés por el sexo, por lo que no solo su vida sexual deja de ser activa, además tampoco tienen fantasías y simplemente evitan este ámbito de su vida. 

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Son varias las razones que pueden estar detrás de este diagnóstico. Según el portal Planned Parenthood, sería el resultado de estrés, ansiedad, depresión, problemas de pareja, mala imagen corporal, cansancio, consumo de ciertos medicamentos, problemas médicos o menopausia, entre otros. 

Pero, también, un porcentaje de pacientes sufre de un desbalance hormonal y de función cerebral que los afecta. 

¿Cómo se podría solucionar?

 

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Tras investigar la situación de 32 hombres con TDSH, descubrieron que la aplicación de kisspeptina, una hormona que desencadena la producción de otras secreciones sexuales, ayudaría a los pacientes.

"La biología nos dice que hay un aumento de la activación de zonas inhibitorias en el cerebro -las mismas zonas que nos dicen que no está bien pasear desnudos en público- y esas zonas están desactivando el deseo sexual. ¿Cómo podemos combatirlo? Administramos una hormona que aumentaría el deseo sexual de forma natural, secuestrando el sistema normal", explicó a CNN el investigador detrás de la publicación, el Dr. Waljit Dhillo, profesor de endocrinología del Imperial College de Londres.

Para demostrarlo, a través de una vía inyectaron kisspeptina y luego hicieron ver a los sujetos cortos extractos de películas pornográficas, para analizar su respuesta física como encefálica a la estimulación sexual.

Los resultados fueron exitosos, los escáneres cerebrales revelaron un incremento en actividad sexual en las regiones asociadas a las conductas sexuales, mientras que aquellos sectores encargados de la inhibición de comportamientos, se calmaron.

"Como grupo, los hombres tuvieron un 56% más de respuesta sexual a las imágenes sexuales después de la kisspeptina que con el placebo", añadió el médico. "Y no encontramos efectos secundarios en la dosis muy, muy pequeña que estamos utilizando".

Finalmente, es un trabajo que requiere de más investigaciones que permitan ahondar y profundizar los conocimientos de una temática tan complicada como el funcionamiento del cerebro.

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