¿El amor no nace en el corazón? Así es cómo se comporta tu cerebro cuando estás enamorado

Este martes es 14 de febrero y se celebra San Valentín, así que el amor, los colores rojos, rosados y los corazones abundan en el aire. Las personas han relacionado este sentimiento con el órgano principal del sistema cardiaco desde la antigua Grecia.

 

A pesar de que sientes que tu corazón palpita más de lo habitual cuando ves a esa persona especial, la verdad es que todos tus sentimientos provienen desde tu cerebro y están asociados a un grupo de hormonas y neurotransmisores, los que modifican cómo se siente tu cuerpo. 

Claramente, esta no es la versión más romántica del amor, pero sí la que ha sido respaldada por la ciencia.

¿Cómo nos enamoramos?

"Cuando nos enamoramos se registra un aumento en los niveles de dopamina, un neurotransmisor relacionado con la sensación de felicidad y placer. Este neurotransmisor nos provoca emoción y motivación", explicó en un comunicado la doctora Evelyn Benavides, neuróloga de Clínica Las Condes.

La dopamina es un neurotransmisor producido por el hipotálamo, en las regiones más profundas del encéfalo, directamente asociado con las "vías de recompensa", las mismas que permiten las adicciones. 

Junto con la dopamina, se libera noradrenalina, un tipo de adrenalina que produce los cambios físicos que podemos sentir cuando estamos enamorados, como las palpitaciones o taquicardia, aumento de energía, sensación de felicidad general, y euforia; incluso, reduciría el apetito y produce insomnio. 

El amor "nos vuelve estúpidos"

Otro de los efectos del amor en el cerebro es que nos vuelve estúpidos, según dicen expertos. En detalle, mediante imágenes, investigadores demostraron que durante las primeras etapas de desarrollo de un romance disminuye la actividad de ciertas regiones encefálicas. 

 

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Los expertos descubrieron que, al analizar las resonancias magnéticas de personas a quienes se les enseñaba la fotografía de su interés romántico, se desactivan partes de la corteza prefrontal, conocida como el "centro de personalidad", pero también responsable del razonamiento.

"En corto, el amor nos vuelve estúpidos", escribió la estudiante de doctorado de la Universidad de Harvard, Katherine Wu.

¿Y si tengo una relación a largo plazo?

Cuando se trata de una relación con más compromiso, la atracción y el deseo quedan de lado, para dar paso al apego. Sí, el mismo vínculo que generas con tus amigos o el que hay entre madre e hijo.

Según Wu, en el apego, las dos sustancias asociadas son la oxitocina y la vasopresina. La primera se libera en grandes cantidades durante el sexo, el parto y la lactancia.

"Al estar enamorados aumentan las hormonas que producen bienestar. En las mujeres se manifiesta en los afectos, la empatía e incluso en conductas maternales gracias a los altos niveles que se generan de oxitocina; hormona de la confianza. Mientras que en los hombres se produce una empatía más racionalizada, y un aumento en la detección de estímulos eróticos, gracias a la vasopresina; la hormona que potencia la testosterona", añadió la doctora Benavides.

Así es cómo diferentes sustancias perfilan la manera en que aparecen y se establecen los sentimientos por ese ser querido y que las mariposas en el estómago son un resultado de la actividad cerebral y no de tu corazón.

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