Crudo o cocido: Así puedes saber si es que el pollo ya se echó a perder
El pollo es una proteína que forma parte de la dieta de muchas casas, gracias a su conveniente precio y lo fácil que es de cocinar.
Pero por muy conveniente que sea, no siempre será una buena idea comprar en grandes cantidades, ya que mientras está crudo se puede descomponer rápidamente, arriesgando que te enfermes.
De la misma manera, tampoco deberías mantener los restos de pollo cocinado guardados en el refrigerador por mucho tiempo, porque, a pesar del proceso de cocción al que fue sometido, este también se puede echar a perder.
A continuación, podrás aprender a identificar si tu pollo ya está descompuesto, siendo que esté crudo o cocido.
Cuando el pollo está crudo
En las ocasiones en que tengas la carne sin cocinar, cuando comience el proceso de descomposición, esta sufrirá una serie de cambios que puedes identificar.
Por un lado, su textura se pondrá más babosa, pueden aparecer manchas o cambios de color de rosado a tonos más oscuros, grises o incluso un tanto amarillos.
También se puede sentir un desagradable olor medio sulfúrico que, según es descrito en Healthline, es muy parecido al de los huevos podridos.
Cuando está cocido
Si es que quedaron muchas sobras de tu asado, entonces debes preocuparte de guardarlas apropiadamente. Esto significa colocarlo lo antes posible en el refrigerador, a menos de 4 °C para evitar el crecimiento de bacterias u hongos, y ojalá que no pasen más de 3 días antes de que la vuelvas a comer.
En caso de que lleve mucho tiempo almacenada, existe la posibilidad que ya se haya descompuesto, lo que puedes reconocer con cambios en el color.
"El pollo cocido empezará a tener un aspecto gris o verdoso, y una textura más blanda o viscosa cuando empieza a estropearse; además de un olor desagradable. También puede desarrollar moho o manchas blancas en él, lo que indica que se ha estropeado", explicó a Eating Well la dietista Katie Tomaschko.
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